Contra las torturas en las cárceles del país
VENEZUELA FUE ESCENARIO HACE 54 AÑOS
VENEZUELA FUE ESCENARIO HACE 54 AÑOS
DE LA HUELGA DE HAMBRE DE 2 MIL PRESOS
El 5 de noviembre de 1963 los presos políticos civiles y militares de todas las cárceles del paísse sumaron a la huelga de los parlamentarios secuestrados en la prisión militar del cuartel San Carlos. La huelga fue una acción en protesta por la violación del orden constitucional por parte de Rómulo Betancourt y Acción Democrática (AD). Los parlamentarios del cuartel San Carlos llevaban 52 horas sin ingerir alimentos.
Hoy cuando Organizaciones no gubernamentales presentaron ante el Comité contra la Tortura de la Organización de Naciones Unidas,( ONU ) denuncias sobre este tipo de violaciones en el país, tenemos que echar mano, una vez más, de la memoria para recordar que, coincidencialmente, hace 54 años en Venezuela se produjo la mayor huelga de hambre vista en la historia del país, protagonizada por más de Dos mil Presos Políticos en protesta por las torturas y las condiciones inhumanas en que los tenían en las diferentes cárceles venezolanas, durante el mandato “puntofijista” de Rómulo Betancourt.
Por eso llama poderosamente la atención que organizaciones como Foro por la Vida, Cofavic, el Observatorio Venezolano de Prisiones, Amnistía Internacional, entre otras señalaron en la ONU que “en los últimos meses, en el contexto de protestas contra y a favor del gobierno, ha sido evidente el uso excesivo de la fuerza por parte de los grupos del orden y decenas de manifestantes han denunciado haber sido objeto de torturas y otros tratos crueles”. Estas mismas organizaciones presentaron información al Comité en la que “se evidencia cómo en estos diez años se ha hecho recurrente la práctica de la tortura”.
Pero ni la ONU, ni ninguna de las ONG nacionales e internacionales denunciaron o acusaron en instancia alguna al gobierno “democrático” adeco-copeyano betancurista por las violaciones del orden constitucional contra los tres mil presos políticos que había en los centros de reclusión repartidos entre el cuartel San Carlos ,La Planta, los sótanos de la digepol, la Cárcel Modelo, Maturín , Mérida, Barquisimeto y la Isla del Burro (ubicada en la Laguna de Tacarigua o lago de Valencia), cuyo estado de salud, en su mayoría, era de pronósticos reservados según la propia policía política del momento conocida como la digepol.
Muchos de los presos políticos estaban en mal estado debido a las fuertes torturas a que eran sometidos diariamente y los parlamentarios a quienes se les tenían secuestrados en el cuartel san Carlos lograron sacar por intermedio de algunos custodios una lista de todos los que se encontraban retenidos dándose a conocer por primera vez en Venezuela el secuestro político del estado. Nunca jamás hubo tantos presos políticos en Venezuela. Ni siquiera en las peores horas de la tiranía de Juan Vicente Gómez, ni en la época de la guerra civil entre liberales y conservadores.
Muchos de los presos políticos estaban en mal estado debido a las fuertes torturas a que eran sometidos diariamente y los parlamentarios a quienes se les tenían secuestrados en el cuartel san Carlos lograron sacar por intermedio de algunos custodios una lista de todos los que se encontraban retenidos dándose a conocer por primera vez en Venezuela el secuestro político del estado. Nunca jamás hubo tantos presos políticos en Venezuela. Ni siquiera en las peores horas de la tiranía de Juan Vicente Gómez, ni en la época de la guerra civil entre liberales y conservadores.
Más que un Estado de derecho, la Cuarta República era un Estado de derecha, sin ningún respeto a los derechos humanos, donde el asesinato que era política de Estado y la Constitución un papel hecho para violarlo. Inexplicablemente, esto ocurría ante la mirada indiferente de la Corte Interamericana de Derechos humanos y de la Organización de Naciones unidas, cuyo Comité contra la Tortura atiende hoy, solícito, una denuncia contra el gobierno Revolucionario venezolano, en una maniobra a todas luces involucrada dentro de la campaña de descrédito internacional que se viene desarrollando insistentemente desde diferentes ángulos.
En el momento en que estalló la huelga de los presos políticos el cinco de noviembre de 1963 el país se hallaba envuelto en una ola represiva sin precedentes, con más de tres mil prisioneros, tantos, que todas las cárceles no alcanzaban para albergarlos. Era el efecto de la política represiva del régimen de Rómulo Betancourt, al que estos hombres desafiaron con su gesto de protesta.
En cuanto a la consideración de la persona humana, hay una distancia del cielo a la Tierra entre el presente y la Cuarta República.Los maltratos físicos y sicológicos a que fueron sometidos los presos políticos durante la república “puntofijista” nunca fueron denunciados. Hubo que esperar la llegada del Gobierno Revolucionario para que se iniciaran las investigaciones sobre la infinidad de casos no sólo de torturas, sino por las muertes y desapariciones de que fueron víctimas hombres y mujeres adversos a las políticas cuartorrepublicanas.
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