La entrada del terminal marítimo del Puerto de Guanta fue el punto de encuentro de la coalición intergremial que exige beneficios laborales / Foto: Arturo Ramírez
Desde la entrada del terminal marítimo del Puerto de Guanta, trabajadores de la Bolivariana de Puertos (Bolipuertos), La Nueva Conferry y PDV-Marina se concentraron este jueves, entre las 9:00 am y 12:00 pm, hora en la cual empiezan a entrar los pasajeros para zarpar a la isla de Margarita, a fin de ejercer presión ante las diversas solicitudes laborales que han realizado en las últimas semanas.
Con la coalición intergremial, conformada por empleados de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec), Venezolana de Cementos (Vencemos), Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela (Cantv), Hidrológica del Caribe (Hidrocaribe), Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima (Pdvsa) y Colegio de Enfermeras alzaron la voz para reclamar salarios justos.
Según Eucario Caldera, presidente del sindicato Bolimarítimo, “la mayoría de los trabajadores tenemos proyectos para solucionar los problemas”.
Explicó que sus compañeros realizaron un plan de recuperación, no sólo de las embarcaciones, sino también de las instalaciones, en donde el Estado no invertiría ni un dólar, sino voluntad.
“Hay motores y regeneradores que se pueden vender. Hasta los siete barcos que se encuentra convertidos en chatarra. Incluso hicimos los contactos, con lo cual se podrían obtener ingresos de más de 20 millones de dólares por ese concepto. Con eso dinero se podría adquirir, por lo menos, dos embarcaciones convencionales. Sin embargo, el Gobierno al conocer la propuesta más bien quiso montar una trampa, robarse el dinero y no invertir en la empresa”.
Caldera manifestó que tienen más de un año rodando el proyecto por los distintos entes gubernamentales sin respuesta positiva.
El vicepresidente de Bolimarítimo, Alfredo Santamaría, indicó que a casi siete años de la expropiación de la empresa, La Nueva Conferry sólo tienen disponible, desde hace tres años, la embarcación Virgen de Valle II, de las ocho unidades que había en 2011, para movilizar pasajeros. Mientras que desde hace dos años no tienen para trasladar carga pesada.
“En el buque de pasajeros sólo se pueden subir camiones pequeños de máximo seis metros. Allí se le da prioridad a las medicinas y alimentos”.
Caldera indicó que ante la escasez de unidades, el Gobierno le paga diariamente a una empresa privada 39 mil dólares, para que el barco Croazia Jet preste servicios.
“Con esa suma, en los tres años, se han acumulado casi 60 millones de dólares, cantidad suficiente para comprar 10 embarcaciones, y haber construido mejores instalaciones y dado salarios dignos”, destacó Caldera.
Trabajadores de la Nueva Conferry también expresaron que desde 2011 tampoco se revisan las cláusulas de la convención colectiva, donde destacan el tabulador y la cancelación de las vacaciones y utilidades.
Coalición
Luis Chaparro, dirigente sindical de Vencemos, exigió la salida de los militares de las empresas del Estado debido a las declaraciones del presidente Nicolás Maduro, de reconocer las condiciones en las que se encuentran.
“Si el presidente quiere resultados distintos, no puede seguir haciendo lo mismo. Que deje que sean los trabajadores preparados que se encarguen”.
Las enfermeras Mildred Brito y Yanetzi Velásquez aseguraron que las peticiones que realizan no sólo son para sus beneficios sino para el del resto de la población.
“Además de salarios, necesitamos dotación de medicinas e insumos, infraestructura y alimentos para los pacientes. No es posible que todos coman arepa de maíz o casabe con sardina y berenjena, cuando debido a su condición deben tener una dieta especial”, manifestó Brito.
En cuanto a sus labores, Velásquez indicó que la mayoría de las veces les toca mandar a los familiares a comprar hasta una simple solución 0,9 o diluirles los tratamientos de cualquier forma.
“Bajo esas condiciones precarias ¿qué paciente puede mejorar?”, se preguntó.
De igual forma destacó que por no recibir los beneficios laborales, más de 85 enfermeras han abandonado sus puestos, al menos, en el hospital César Rodríguez de Guaraguao de Puerto La Cruz.
Esto trae como consecuencia que una trabajadora se encargue de hasta 19 pacientes, cuando deberían ser sólo tres.
Empleados coincidieron en que la fórmula para acabar con los conflictos laborales es una reunión del Gobierno con los representantes de cada empresa, pues están en la mejor disposición de producir y trabajar.
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