LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL OBLIGO
A VENEZUELA A
ACTUALIZAR SU ARMADA
Durante la Segunda
Guerra Mundial, Venezuela afrontó en sus
aguas la guerra submarina. El 17 de febrero de 1942, submarinos del Reich alemán atacaron a los
tanqueros venezolanos “Monagas” y “Chepita” en el golfo de Maracaibo.
Si bien
América del Sur, Centroamérica y las islas del Caribe no participaron de manera
beligerante en la II Guerra Mundial a excepción de países como México,Puerto
rico y Brasil quienes aportaron tropas al conflicto de manera oficial, la
conflagración se convirtió en un factor de política interna de todos los países
de la región y cambió definitivamente las coordenadas continentales.
Las potencias
europeas, desgarradas por el conflicto, abandonaban sus viejas posesiones
coloniales de ultramar y la nueva potencia mundial, Estados Unidos, pugnaba por
abrirse paso entre los escombros.
Fue así como,
presionadas por EE.UU., que entró en la contienda en 1941 luego del ataque
japonés a Pearl Harbor, las naciones del continente fueron pasando de la
neutralidad a la declaración de guerra al Eje -Alemania, Italia y Japón- y se
enrutaron tras los aliados participando en mayor o menor medida en el esfuerzo
bélico.
En una breve
reseña podríamos mencionar algunos hechos claves relacionados a la operación
alemana Neuland ((guerra submarina en el Caribe), concebida por el almirante
Karl Döenitz y ejecutada por sus manadas de lobos, para interceptar los buques
mercantes en el caribe.
En la noche
del 15 al 16 de febrero de 1942 tres submarinos atacaron en el lapso de tres
horas en el Golfo de Venezuela, en Aruba y Curazao, hundiendo barcos y haciendo
fuego sobre refinerías
En la madrugada
del 16 de febrero de 1942, el U-502 alemán, torpedeó a cinco cisternas, dos de
ellas venezolanas, que navegaban en el
Golfo de Venezuela rumbo a la vecina isla de Aruba, cuya refinería de petróleo
y la de Curazao, fueron bombardeadas por el resto de la manada. Eran los
comienzos de la Operación germana
Neuland, “Operación Tierra Nueva”.
Las anticuadas
naves de guerra venezolanas que patrullaban el área se limitaron a rescatar a
los náufragos ya que ante la carencia de sistemas de detección y armas, antisubmarinas,
estaban inermes frente a los Submarinos nazis. Esto aceleró el envío de los dos
cañoneros clase Ostia a los Estados Unidos donde se les actualizó la artillería
y dotó de cargas de profundidad. Luego, en 1944, se adquirieron cuatro
patrulleros cazasubmarinos de casco de madera tipo 83 feet del US Coast Guard.
Pero no fue
sino hasta la década siguiente cuando la Armada manifestó su intención de crear
una Fuerza Submarina. El Plan Naval de adquisiciones comprendía un crucero
insignia, escuadrillas de destructores y lanchas cazasubmarinos, transportes y
divisiones de submarinos y barreminas.
El proyecto
original contemplaba, en su primera fase, seis submarinos y, para alojarlos,
estaba prevista la construcción de búnkers enclavados en las montañas que
circundan la bahía de Turiamo (Estado Aragua), fondeadero natural de la Armada,
donde además, se ubicaría la principal base naval de Venezuela.
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