Hoy celebran al santo negro
Su culto se extiende actualmente por las comunidades de descendientes de esclavos negros americanos.
En Venezuela su culto se extiende por todo el estado Zulia, con mayor énfasis en la Costa Oriental y Sur del Lago de Maracaibo.
Los primeros indicios apuntan a que el culto fue introducido en el país por los sacerdotes franciscanos en los años 1600, en las plantaciones y haciendas del Sur del Lago de Maracaibo, como forma de evangelizar a los esclavos.
El Santo Negro es homenajeado en Mucuchíes cada 29 de diciembre. Los devotos se visten ese día con trajes multicolores muy adornados, y se pintan el rostro de negro.
La celebración se inicia temprano en la mañana. La imagen de San Benito preside a la muchedumbre que marcha rumbo a la iglesia, desde una carroza adornada con telas y flores. Al llegar al templo se lleva a cabo la misa. Posteriormente, el Santo recorre las calles del pueblo acompañado de bailes en su honor, como los Giros de San Benito y la Danza de Frente, y de descargas de trabuco.
La celebración se inicia temprano en la mañana. La imagen de San Benito preside a la muchedumbre que marcha rumbo a la iglesia, desde una carroza adornada con telas y flores. Al llegar al templo se lleva a cabo la misa. Posteriormente, el Santo recorre las calles del pueblo acompañado de bailes en su honor, como los Giros de San Benito y la Danza de Frente, y de descargas de trabuco.
A veces las fechas y horas varían, pero por lo general, las más llamativas celebraciones decembrinas de San Benito se realizan en la zona de Sabana Grande-Betijoque los días 25-30; Gibraltar, Laguna de Sinamaica y Los Puertos de Altagracia el 27; Timotes y Mucuchíes el 29; Chachopo el último domingo; y en enero, el 1º en Bobures y 2 en La Venta.
Hay una ruta para seguir a los sanbeniteros que resulta fabulosa. El primer paso es lo más difícil, ya que la hora no es fija: un desfile de lanchas de los indios paraujanos en la Laguna de Sinamaica. Cuando lo vimos por primera vez tuvo lugar el día 27 de diciembre, comenzando más o menos a las 4:30 p.m. Pero unos años más tarde dijeron que esta vez el desfile se realizó en la mañana, cerca de las 10:00 a.m. Entonces, le recomiendo llegar temprano para verificar la hora y no arriesgarse a perder la oportunidad.
En Sinamaica, acuda al embarcadero de los indígenas para los paseos turísticos en la laguna e indique claramente que quiere seguir a los sanbeniteros. Por cierto, a la misma vez, puede admirar sus comunidades de palafitos.
Salen lanchas de cada comunidad para reunirse en un punto común. En la lancha principal de cada grupo, la gente se turna para bailar con la imagen del santo en la proa, mientras dentro de esta misma lancha o en otras que la acompañan, hay gente que toca tambores para marcar el ritmo. En todo el trayecto, más y más lanchas se unen a la procesión. ¡Es espectacular!
En el punto de reunión, toda la gente pone sus imágenes del santo en un altar frente a una amplia pista de baile.
Los tamboreros tocan a un ritmo fuerte y los participantes bailan con la imagen de su grupo.
Saliendo desde allá por la noche, en El Moján, encontramos un "ensayo" de San Benito (esta gente de piel blanca y aspecto muy criollo); en una combinación de procesión y baile frenético llevan la imagen del santo en una parihuela.
El siguiente día, al visitar los pueblos junto al lago, donde la mayoría de la población es de raza negra, conseguí una nota distinta: el uso de tambores conocidos como chimbangles de origen africano y flautas; ambos larguísimos.
Los chimbángueles se tocan con un palo en una mano y la otra libre. El ejecutante carga el tambor colgado al hombro con una cinta.
Los chimbángueles son originarios de África, y es un culto que se remonta al periodo colonizador, cuando los esclavos traídos del continente negro fusionaron su devoción a las divinidades africanas con las de San Benito de Palermo. De allí que el color azul de su bandera sea un sincretismo con la deidad Ajé, señor de las aguas azules.
Es tradición que alrededor de 300 tamboreros realicen su particular homenaje a lo largo de los 11,4 kilómetros que componen el recorrido. La tradición se alterna cada año en las zonas sur y norte de Cabimas, La Rosa y Ambrosio respectivamente. Se conoce que en el estado Mérida también se le rinde homenaje a San Benito por pertenecer a la zona de los páramos.
LINDO "COMBO"
Comenzando alrededor de las 10:00 a.m., frente a la iglesia, acuden numerosas comparsas que representan tres grupos distintos: Los vasallos o giros de San Benito visten en trajes blancos adornados con una "falda" de cintas multicolores y llevan una "corona" adornada con guirnaldas.
Los "Indios" pintan sus cuerpos de color bronce, se ponen "marcas de guerra" en la cara, llevan trenzas y desde una huincha con una pluma hasta una muy elaborada rematada con muchas plumas. Y, los "Negros" se pintan las caras de negro, unos llevan una saya de palmiche y otros trajes de pantalones y camisas manga larga de color negro o marrón con un fleco de adorno.
Cuando primero asistimos a la celebración hace muchos años, todos los participantes eran varones (entre adultos y niños). Pero, también se observan varias comparsas femeninas.
Asimismo, algo nuevo observado en la última vez que estaba allá fue la concentración de imagenes del santo negro traído por cada comparsa y puesto en una larga hilera frente a la llamativa iglesia (con su torre súper alta) frente a la Plaza Bolívar.
Toda la gente baila para pagar promesas; llevan una maraca en la mano derecha y tienen una coreografía con los mismos pasos, avanzando hacia la capilla más arriba en la misma calle dedicada a San Benito. Entre varias partes del baile, distintos grupos también tejen el sebucán.
En Mucuchíes, los sanbeniteros arrancan su celebración cerca del mediodía. Entonces, puede observar los actos por un rato en Timotes y seguir hasta este pueblo para sus manifestaciones distintas.
Aquí, los participantes pintan sus caras de negro; llevan ropa de colores fuertes de satén; sombreros adornados con lazos, flores de papel, guirnaldas y una maraca en la mano derecha. Después del baile, ¡todos (hasta los niños) sacan fusiles rústicos y pólvora y empiezan a disparar hacia el cielo!
Andrés Caridad
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