jueves, 5 de enero de 2017

FRANCISCO DE MIRANDA AVENTURERO DE LA LIBERTAD

FRANCISCO  DE   MIRANDA
AVENTURERO DE LA LIBERTAD
El 5 de enero de 1814, hace 202 años, entró a la Prisión de las Cuatro Torres, en el Arsenal de la Carraca, en Cádiz (España), el Generalísimo Francisco de Miranda, Precursor de las Independencias de América Latina.
Su encarcelamiento se dio en junio de 1812 en La Guaria, luego de que Juan Domingo de Monteverde y Rivas, en violación de la capitulación firmada en julio de 1812, ordenara el arresto de los partidarios de la independencia.
Tras ser hecho prisionero, fue primeramente llevado al Castillo de Puerto Cabello, y luego fue trasladado a Puerto Rico antes de ser finalmente confinado en el Arsenal de la Carraca donde, pudiendo sólo recibir algunas noticias y poca ayuda, permaneció planeando su escape, intención que frustró un ataque de apoplejía, a causa del cual falleció a los 66 años de edad, el 14 de julio de 1816.
Hay que resaltar que la altiva imagen de Miranda inmortalizada por el pintor venezolano Arturo Michelena en su cuadro de 1898 “Miranda en la Carraca” contrasta con la descripción hecha por un compañero de prisión, el peruano Manuel Sauri.
Según el resumen contemporáneo ofrecido por el historiador Ricardo Becerra: "hondas arrugas surcaban su frente en todas direcciones, tenía la barba y los cabellos completamente canos, las sienes deprimidas, los pómulos salientes, la mirada indecisa y sin brillo, los labios apretados como los de una herida cuyo daño es todo interior; el paso difícil y tardío y su cuerpo mismo, antes tan erecto y arrogante, principiaba a inclinarse hacia la tierra."
 Un día antes de cumplir 66 años, el 25 de marzo, sufre una hemorragia cerebral y cae en cama; la boca le sangra. Convalece tres meses y medio durante los cuales cuatro médicos diferentes coinciden en que no hay curación posible.
En la madrugada del 14 de julio de 1816, Francisco de Miranda fallece en la enfermería de La Carraca. "No se me ha permitido por los curas y los frailes le haga exequias ningunas, de manera que en los términos que expiró, con colchón, sábanas y demás ropas de cama, lo agarraron y se lo llevaron para enterrarlo", escribe su sirviente Pedro José Morán a sus amigos ingleses.
Sebastián Francisco de Miranda  fue un hombre de cultura insaciable, metas claras y vida trascendental. Ha sido reconocido como ciudadano del mundo y el más universal de los venezolanos. A Miranda lo definen muchas cosas: su formación militar, su participación en importantes contiendas de carácter universal, su admirable capacidad de relacionarse con distintas personalidades alrededor del mundo, su pasión por los libros y la escritura; y su admiración y respeto por las mujeres.
Miranda consiguió grandes conquistas, participó en la lucha Independentista de Estados Unidos, en la Revolución Francesa y las guerras de Independencia Hispanoamericana contra el yugo español.
Su principal proyecto político fue liberar a América del dominio colonialista de la Corona española y fundar la República de Colombia.
"Fue el primer sudamericano en visitar la ignota Rusia y otros lejanísimos lugares. Reyes, príncipes, zaranitas, sabios y artistas conocieron por primera vez por boca de este hombre, de las inmensas riquezas de América, de la inteligencia de sus habitantes y de la injusta situación que les impedía ocupar en el mundo el sitial que merecían", reseña la historiadora Carmen Bohórquez.
En 1806 emprendió una expedición con el fin de liberar el territorio de Venezuela del yugo español, pero que fracasaría temporalmente. Ya con la proclamación de autonomía que hicieron las provincias unidas de Venezuela en 1810, una comisión, en la que estaba Simón Bolívar, fue enviada a Londres para traer a Miranda, cuyas ideas se impusieron en las discusiones del Congreso Constituyente que declaró la Independencia de Venezuela, el 5 de julio de 1811.
"Hacia la última década del siglo XVIII, su resistencia ante el poder español le había convertido en un símbolo de libertad, y para aquellos que en América habían comenzado también a pensar en la independencia de las colonias hispanoamericanas, Miranda fue el modelo a imitar y el maestro a escuchar", precisa Bohórquez.
“MIRANDA EN LA CARRACA”
Arturo Michelena  fue el artista encargado de sellar al óleo la imagen de Francisco de Miranda que hasta hoy prevalece en el imaginario colectivo como un ícono de las artes, tanto de venezolanos como extranjeros. Realizó la obra a los treinta y tres años, pero ya era considerado un maestro de las artes, tanto por sus contemporáneos como por sus maestros.
“Miranda en La Carraca” es un lienzo pintado por Arturo Michelena en 1896 con motivo de cumplirse ochenta años de la muerte de Francisco de Miranda, acaecida el 14 de julio de 1816 en la prisión de La Carraca en España.
Un modelo: Eduardo Blanco
El escritor Eduardo Blanco, autor de la excelente obra “Venezuela Heroica” es conocido como el padre de los padres de la patria, es el creador de la epopeya que legó la visión escrita más cercana al heroísmo venezolano que hasta hoy se conoce.
“Venezuela Heroica” es la novela fundacional del imaginario de los grandes hombres que lograron la independencia de nuestro país. Eduardo Blanco escribió las glorias pasadas de la gesta independentista, así como también fue el modelo que posó para Arturo Michelena al realizar el retrato de Miranda en La Carraca.
La obra “Miranda en La Carraca” es intelectualidad sobre lienzo, ya que reúne un círculo quizás irrepetible en la historia de Venezuela: Francisco de Miranda como motivo, Arturo Michelena como ejecutor y Eduardo Blanco como modelo.
Hoy en el mundo: Francisco de Miranda, un venezolano que luchó por una Hispanoamérica libre

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