domingo, 19 de noviembre de 2017

PABLO NERUDA ANTES DE MORIR EXPRESO SU ODIO HACIA EL CAUDILLO DE ESPAÑA "POR LA GRACIA DE DIOS" EN EL POEMA "EL GENERAL FRANCO EN LOS INFIERNOS"


Cuando murió Francisco Franco, el 20 de noviembre de 1975, el Partido Comunista de España (reconstituido), que pronto crearía el GRAPO, difundió por todas las ciudades donde tenía militantes (Madrid, Barcelona, Cádiz, Sevilla, Vigo, Córdoba, Bilbao y algunas otras), muchas decenas de miles de hojas con el célebre poema de Pablo Neruda El general Franco en los infiernos.

Las maldiciones de Neruda a Franco eran tan retumbantes que causaban perplejidad, y mucha gente se llevaba la hoja, seguramente para enseñarla a otros. Ningún panfleto agitativo de los muchísimos que tiraron a lo largo de años tuvo tanta difusión,  por aquiescencia de la mayoría de sus lectores. Empieza así:
Desventurado, ni el fuego ni el vinagre caliente
en un nido de brujas volcánicas, ni el hielo devorante,
ni la tortuga pútrida que ladrando y llorando con voz de mujer muerta
te escarbe la barriga...
Le llama "estiércol de siniestras gallinas de sepulcro, pesado esputo, cifra de traición que la sangre no borra"; evoca "la santa leche de las madres de España" pisoteada, con sus senos, por los aullantes legionarios; alude a "los niños descuartizados", a la salud, la "paz de herrerías", la vida destrozada por el general; y tras una larga serie de improperios y consideraciones sobre su infernal destino, concluye el vate:
Solo y maldito seas,
solo y despierto seas entre todos los muertos,
y que la sangre caiga en ti como la lluvia,
y que un agonizante río de ojos cortados
te resbale y recorra mirándote sin término.
 
Los versos de Neruda respiran y quieren desperatar en el lector un odio absoluto, telúrico, por así llamarlo, que da sentido a las figuras empleadas, a veces extravagantes. Odio cultivado también por muchos intelectuales durante decenios, tanto en expresiones literarias como políticas.

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