DÍA MUNDIAL DEL SÍNDROME
DE PIERNAS INQUIETAS 2016
Síndrome de las Piernas Inquietas afecta calidad de vida de los
venezolanos
El Síndrome de las Piernas Inquietas (SPI) es un trastorno
neurológico que se presenta al descansar, acostarse o dormir, en el cual la
persona que lo padece sufre sensaciones desagradables en las piernas que le
generan una necesidad de moverlas repetidamente.
También pueden presentar movimientos involuntarios de las
piernas. Existen diferentes grados, hay desde quienes experimentan síntomas
leves y ocasionales, hasta casos realmente severos.
Con motivo a celebrarse el 23 de septiembre el Día Mundial del
Síndrome de las Piernas Inquietas, el Dr. Krikor Postalian, neurólogo del
Centro Médico de Caracas, manifiesta que esta patología afecta gravemente la
capacidad de conciliar y mantener el sueño y, por ende, la calidad de vida del
paciente.
Sensaciones de sacudidas, ardor, hormigueo, dolor,
palpitaciones, molestia, picazón en las piernas son algunos síntomas. Para
calmar el malestar, los pacientes con SPI deben mover constantemente las
piernas, levantarse o caminar. “Al no lograr dormir bien se ve afectada su vida
diaria: sienten cansancio, falta de atención a sus quehaceres, poco rendimiento
en el trabajo o escuela y sufren de somnolencia diurna”, explica el
especialista.
Se trata de un desorden neurológico
bastante común, muchas veces sin diagnosticar, que se caracteriza por la
necesidad incontrolable de patear y mover las piernas al intentar dormir,
muchas veces acompañada de dolor. Al dificultar la conciliación del sueño suele
causar fatiga y, a veces obliga al compañero de cama del paciente a buscar otro
lugar para dormir sin interrupciones.
Los síntomas de esta enfermedad se
presentan generalmente por primera vez durante la adolescencia e incluyen
sensaciones de adormecimiento, hormigueo, quemazón o pinchazos en las piernas,
especialmente al reposar en una cama o estar sentado.
Se alivian sólo caminando o doblando
las piernas. Ocurre con más frecuencia en mujeres, y en ocasiones aparece como
efecto secundario de otra enfermedad, como la anemia o la neuropatía diabética.
Consumir alcohol, tabaco y cafeína aumenta la severidad de los síntomas.
Y es que no se trata sólo de que esta
enfermedad comporte un empeoramiento en la calidad de vida al reducir las horas
de sueño y reposo, sino que investigaciones clínicas recientes han mostrado que
los pacientes tienen hasta 2,5 veces más de probabilidades de desarrollar una
cardiopatía, mientras que el riesgo de hipertensión arterial aumenta también
hasta 2,5 veces más frente a la población sana.
Para evitarlo, los especialistas
recomiendan hacer estiramientos y masajes en los músculos de las piernas,
reducir el consumo de cafeína, dormir con calcetines largos y darse una ducha
caliente antes de irse a la cama.
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