El día de su traslado a la
Catedral de Caracas
HACE 164 AÑOS
FUE REALIZADO EL
MONUMENTO FUNERARIO DE BOLIVAR
El 23 de diciembre de 1852, hace
164 años, los restos del Libertador que
se hallaban provisionalmente desde 10 años atrás en el templo de San Francisco,
en Caracas, fueron trasladados a la Capilla de la Santísima Trinidad de la Catedral (Panteón de la familia
Bolívar donde permaneció por 24 años) y
cubiertos con un monumento realizado por el escultor romano Pietro
Tenerani, que en ese mismo día inauguró el Presidente José Gregorio
Monagas. Pero había sido decretado en la
época de Páez por el Congreso de 1842, diez años antes.
Los despojos mortales del Libertador habían llegado al país desde
Colombia el 15 de diciembre de 1842. La
planificación de los actos de traslado, recibimiento y ceremonias incluyó la
fabricación de una carroza fúnebre, la construcción del monumento funerario, y la elaboración de una reseña del
acontecimiento, encargada a Fermín Toro. Se saldaba una deuda del Estado
venezolano con su padre fundador, cuyos restos pasaron 12 años fuera de su
tierra natal.
Así, diez años más tarde, en 1852
se instaló, en esa capilla de la Catedral de Caracas, el monumento funerario
que hoy conocemos hecho por el escultor italiano Pietro Tenerani. El monumento,
en su calle central, tiene un espacio (sepulcro) para colocar un féretro, donde
se colocó el ataúd con los restos del
Libertador. En la tapa de ese sepulcro se lee: Simonis Bolívar | Cineres |
grata atque memor patria | hic condit et honorat | Anno MDCCCLII. (Simón
Bolivar / Sus cenizas / El Pais agradecido / rinde honores / Año de 1852).
Nuestra historia sobre aspectos
materiales inéditos de este monumento hecho por Pietro Tenerani se inicia
conociendo en detalle a este personaje, a quien le tocó el honor de ejecutar
dicho Monumento Funerario.
Pietro Tenerani (1789-1869) era
un destacado escultor Italiano. Fue el primero en elaborar una estatua pedestre
del Libertador (1844) en el mundo. Estatua vaciada en bronce ubicada
actualmente en Bogotá. A partir de allí se le encargarían varios bustos,
monumentos y estatuas de Simón Bolívar con distintos destinos.
El Monumento funerario al
Libertador fue encargado en 1842. Se le suministraron algunos retratos del
Libertador, entre ellos los del Dr. Francoise Roulin (1796-1874), quien dibujo
el rostro de Bolívar del natural. Daniel Florencio O’Leary, quien fuera edecán
del Libertador, conocía de un viaje a Italia a Tenerani. O´Leary era cónsul de
Gran Bretaña en Venezuela y el congreso le encargó la intermediación con el
escultor. Es muy probable que O´Leary fuera quien facilitó el dibujo de Roulin a Tenerani, por ser el más parecido al rostro de Bolívar.
En 1842 el Congreso de la
República emitió un decreto (29 de abril de 1842) en cuyo artículo sexto se lee: “Sus ilustres cenizas
(Las de Bolívar) serán depositadas en la Santa Iglesia Metropolitana, y se
levantará un modesto panteón que las contenga”. Ese mismo día Páez decreta “Se
mandará construir inmediatamente el monumento a Europa que se trata en el
artículo 6º del decreto de la materia, determinándose sus dimensiones” Como ya
explicamos, Daniel Florencio O’Leary, servirá de intermediario entre el
gobierno venezolano y el escultor italiano.
En junio de 1843 el escultor
Pietro Tenerani explicaba en carta a O’Leary el alcance del proyecto, los
detalles técnicos y los significados simbólicos del mausoleo en mármol que iba
a tallar para Bolívar. De la lectura de esa carta y el producto final entregado
hay pequeñas variaciones. Veamos parte de esa carta:
“Sobre una gradería reposa un
basamento, y sobre este un templete que contiene la estatua del protagonista; á
los lados de ella se ven figuradas dos estatuas del tamaño natural, una que
representa la Justicia, virtud que dio impulso al generoso Bolívar para sacudir
el yugo extranjero. Esta, además de la balanza, emblema propio suyo, tiene
también el de la fuerza, y bajo sus pies las armas y banderas españolas…”
“…La otra estatua representa la
Magnanimidad que derrama monedas de su cornucopia y son los tesoros que él
esparció por la libertad de su patria: de un lado tiene un león para significar
la fortaleza de ánimo con que llevó á cabo la ardua empresa…”
“…Su estatua (de Bolívar), palmo
y medio más alta que lo natural, está en medio del templete, como he dicho, y
completamente envuelta en un manto, con la diestra sobre el pecho en testimonio
de la pureza de su conciencia; y con una corona de laurel en su izquierda,
premio de su virtud….”
“…En el basamento está esculpido
un bajo relieve (sic) de tres figuras que son las tres repúblicas que él fundó;
huellan un yugo y están en actitud de dirigirse
hacia una planta de laurel que denota su
futura gloria, dejando por detrás una de abrojos, símbolo de las pasadas
fatigas”.
Tenerani añadió a su descripción
el material que usaría: “Las estatuas de este monumento serán mármol de Carrara
de primera calidad y la arquitectura del de segunda… En cuanto al tiempo
paréceme que podré dar acabada la obra en tres años…” Durante el desmontaje del
monumento se corroboró que las estatuas estaban esculpidas en un mármol de
Carrara blanquísimo, sin veta alguna. Un acabado satinado, cuidando en extremo
cada detalle.
El resto del monumento
(Elementos arquitectónicos) hechos en mármol de Carrara tipo “venato”, blanco
pero con vetas grises, un acabado brillante y sin tallar en aquellas partes
ocultas al espectador. El monumento duró nueve años en el taller del escultor.
La falta de compromiso mostrado por el gobierno venezolano, además de las
faltas en los pagos retrasó el encargo. En el año 1851 se concluyó, y en 1852 se instaló en la capilla de la
“Santísima Trinidad” de la Catedral de Caracas.
Eusebio Martínez de Velasco,
cronista español, se refiere en una de sus descripciones (1875) al monumento de
Tenerani con una particular interpretación Simbólica: “…Sobre una gradería
reposa un basamento, y sobre éste un templete que contiene la estatua de
Bolívar;
“…a los lados hay figuradas
otras dos estatuas, tamaño natural: una que representa la Justicia, teniendo en
la mano derecha un pergamino en que se leen estas palabras: Diligite justitiam
qui judicatis terram, y a sus pies un ángel con la balanza en la mano derecha;
otra, la de la izquierda, tiene asido con ambas manos un plato, en cuyo borde
superior se lee, Bono publico, y está en actitud de vaciar una cantidad de
monedas que en él se contienen, en significación de la íntegra consagración al
bien público que Bolívar practicó durante su vida, y que todo hombre de Estado
debe a su patria…”
“…La estatua del general (mayor
tamaño que el natural), que aparece envuelta en un manto, tiene la diestra
sobre el pecho, en testimonio de la pureza de su conciencia, y una corona de
laurel en su izquierda, premio de su virtud.
En el basamento está esculpido
un bajo-relieve de tres figuras, que son las tres Repúblicas que él fundó:
Colombia (inclusa Venezuela), Ecuador y Perú (inclusa Bolivia); huellan un
yugo, y se dirigen hacia una planta de laurel dejando detrás una de abrojos…
En el centro de la gradería se
encuentra esta lacónica inscripción: Simonis Bolívar | Cineres | grata atque
memor patria | hic condit et honorat | Anno MDCCCLII.” Detrás de esta lápida
permanecieron los restos del Libertador mientras estuvo en Catedral.
El monumento funerario del
Libertador hecho por Pietro Tenerani es el único elemento original conservado
desde que llegó a Venezuela en 1851. Es una obra de arte que debe ser
protegida, no sólo por su simbolismo, sino por su indudable valor artístico.
Su autor ya era, en vida, un
destacado escultor con una gran producción y con importantes encargos en toda
Europa y parte de América. Actualmente es el único elemento “artístico” que
destaca en el nuevo mausoleo bolivariano.
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