SANCIONADO FRAILE MEXICANO
POR FALSEAR
LA HISTORIA
DE LA VIRGEN DE
GUADALUPE
El 12 de diciembre de 1794
en México, el fraile dominico Servando Teresa de Mier pronunció un sermón en el
que afirmó que desde hacía muchos siglos los aztecas adoraban imágenes de la
Virgen de Guadalupe junto con Quetzalcoatl, la
serpiente emplumada, dios de los Aztecas. Considerado herético, es
arrestado y condenado a diez años de “retiro”.
Narra la crónica que el
Fraile dominico criollo novohispano Servando Teresa de Mier , el 12 de
diciembre de 1794 sostuvo, en un famoso sermón que predicó en la Insigne y Real
Colegiata de Nuestra Señora de Guadalupe, en la solemne festividad católica de
la milagrosa aparición de dicha imagen, ante el Virrey de la Nueva España
(Marqués de Branciforte) y el Arzobispo de México (Alonso Nuñez de Haro), no
sólo que Santo Tomás Apóstol había cristianizado en persona aquel continente en
el siglo primero, milenio y medio antes de la evangelización hispánica, sino
que ya entonces la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe era allí «célebre y
adorada por los indios ya cristianos», y además que «la imagen de Nuestra
Señora de Guadalupe no está pintada sobre la tilma de Juan Diego sino sobre la
capa de Santo Tomás, Apóstol de este reino», y que es pintura de los principios
del siglo primero de la Iglesia, y que el apóstol Santo Tomás, tras erigir un
templo en la sierra de Tenanyuca donde colocó la imagen, ante la apostasía
precoz de los indios decidió esconderla, apareciéndosele a Juan Diego diez años
después de la conquista; y que Santo Tomás no es otro que el Quetzalcóatl ,
“serpiente emplumada” de los indios.
Estas sorprendentes,
extravagantes, alucinadas y novedosas especies no surgieron exclusivamente del
numen del dominico Doctor, sino que en parte le fueron inspiradas por un
pintoresco abogado, Jose Ignacio Borunda, del que Mier se convirtió en
excepcional portavoz en ocasión tan significada.
Al día siguiente el
Arzobispo, ante las proposiciones escandalosas, milagros supuestos y especies
ridículas y vanas lanzadas por el fraile, le retiró las licencias para
predicar, inicio de una causa en la que tras el memorable “ Dictamen sobre el
sermón que predicó el padre doctor fray Servando Mier el día 12 de diciembre de
1794”, que prepararon los señores doctores y maestros don José Patricio Uribe y
don Manuel de Omaña y Sotomayor, canónigos penitenciario y magistral de Nuestra
Santa Iglesia Metropolitana, se decidió prudentemente “retirar” durante diez
años a Fray Servando al monasterio que los dominicos tenían en las Caldas de
Besaya, Santander, Cantabria, España, con perpetua inhabilitación para enseñar,
predicar y confesar, y privación del título de doctor.
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