martes, 13 de diciembre de 2016

“El Padre de la OPEP” JUAN PABLO PEREZ ALFONZO DEJO UNA HUELLA DIFICIL DE EMULAR


“El Padre de la OPEP”
JUAN PABLO PEREZ ALFONZO DEJO
UNA  HUELLA  DIFICIL  DE  EMULAR
Juan Pablo Pérez Alfonzo, por  todos conocido como el "Padre de la OPEP", “El profeta olvidado” o “El caballero guerrillero”,  más allá de sus valiosos aportes en el estudio de la economía venezolana (sobre educación, población, reforma agraria, etc.), destacó no sólo por ser una persona excepcional, sino también por su pensamiento humanista y nacionalista. Nació en Caracas 13 de diciembre de 1903.
Hay coincidencia acerca de que Pérez Alfonzo estaba adelantado a su época, por su visión sobre la industria petrolera, el tema ambiental (uso racional) y la defensa de los derechos de nuestro país.
Pérez Alfonzo consideraba la regulación de la producción como la mejor forma de controlar los precios del petróleo. En este sentido, sugirió en El Cairo la creación de un órgano de consulta de los países exportadores de petróleo, la Comisión Coordinadora para la Conservación y el Comercio de los Hidrocarburos, que fue el antecedente inmediato de la OPEP, en cuya iniciativa lo acompañó el jeque Abdullah El Tariki, para entonces ministro de Petróleo de Arabia Saudita.
En colaboración con El Tariki, Pérez Alfonzo, formuló, en mayo de 1960, las bases del "Compacto Petrolero" que luego sería la OPEP, la cual se constituyó el 14 de septiembre de ese mismo año, en Bagdad, con 5 países miembros fundadores: Arabia Saudita, Irak, Irán, Kuwait y Venezuela, cuyo conjunto aportaba el 88% de la exportación mundial de petróleo para ese año. Por ello, Juan Pablo Pérez Alfonzo ha sido considerado como el "Padre de la OPEP".
En 1961, publicó su primer libro, "Petróleo: Jugo de la Tierra". Pérez Alfonzo era temeroso de la riqueza petrolera y del uso que los venezolanos pudieran darle (le daba terror la corrupción, y el acostumbrarse del pueblo venezolano a la riqueza fácil), además que la renta petrolera debía utilizarse para la formación de capital (inversión) y no para el consumo. Decía que el no desarrollar el sector no petrolero de la economía daría lugar a una descapitalización del país.
Por cierto si famosa fue la frase de Uslar de "sembrar el petróleo", no menos lo fue la de Pérez Alfonzo "hundiéndonos en el excremento del diablo" (diciendo que habíamos despilfarrado los ingresos del petróleo), la cual dio pie al libro que lleva ese título. Pérez Alfonzo llamó al fracaso venezolano de la utilización de la renta petrolera "la imposible siembra" y la carrera perdida del petróleo".
Criticó  fuertemente el desborde de la capacidad de absorción del aparato económico nacional por la aplicación inconsciente y sin ningún tipo de planificación de los recursos petroleros y al mismo tiempo la dañina dependencia de la economía venezolana de los ingresos petroleros, transformándose en una economía "importadora".
Hablaba de una especie de "sobre digestión" de ingresos que nuestra economía no era capaz de absorber y que por lo tanto estaba creando problemas en Venezuela, problemas que los políticos de la época no estaban muy interesados de resolver.
Por otra parte escribió un libro llamado “Peligros del Petróleo, efecto Venezuela” donde describe el impacto del mal uso del petróleo en nuestro país de la siguiente forma: concentración económica, aumento en la mala distribución del ingreso en la población, dependencia de la producción petrolera, abandono de la agricultura y otros sectores económicos y elevada dependencia de las importaciones (nuestra actualidad).
A mediados de 1963, se retiró de la vida pública activa, aunque siguió hasta su muerte estudiando la materia petrolera y aportando opiniones e ideas para la mejor defensa del interés nacional en ese campo fundamental. Desarrolló, en particular, la tesis denominada "el efecto Venezuela", sobre las consecuencias negativas para el país de la exagerada abundancia de recursos fiscales y financieros originados en el petróleo y administrados ineficientemente sin que se pudiera logra la buena "siembra de petróleo", tantas veces preconizada por los dirigentes nacionales.
Sin temor a ser exagerado, la huella de Pérez Alfonzo en la industria petrolera, tanto nacional como internacional es difícil de emular. Su conocimiento sobre la materia, sus aportes y su personalidad lo convierten sin lugar a dudas en uno de los venezolanos más importantes de nuestra historia.

Murió de cáncer en los Estados Unidos. En acatamiento a su voluntad testamentaria, su cadáver fue cremado y sus cenizas esparcidas en el mar. Juan Pablo Pérez Alfonso, “El Profeta Olvidado” (como también era llamado) es una prueba más de que alguna vez hubo un partido que era conocido como “el partido del pueblo” y que hoy nada conserva de aquellas glorias.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario