NIÑO DE LOS CACHITOS
TRADICION YARACUYANA
Cada 25 de
diciembre se festeja en el poblado rural de San Javier, municipio San Felipe,
estado Yaracuy, una particular celebración que involucra al Niño Jesús,
aparecido, según cuentan los habitantes del sector, en una quebrada del lugar
hace ya más de 100 años.
Cuenta la
leyenda, pasada de generación en generación entre los pobladores de San Javier,
que a finales del siglo XIX, una lavandera siempre escuchaba un silbido en la
quebrada del sector, similar al que producen los cachos de vaca cuando se usan
como trompetas por lo que un día se atrevió, junto a unos vecinos, a averiguar
y fue entonces cuando apareció la imagen del Niño Jesús.
Comentan en
el poblado que el Niño Dios apareció con tres haces de luz sobre su cabeza, lo
cual fue descrito por los testigos como unos cachitos. Por tal razón lo
bautizaron con el nombre de El Niño de los Cachitos.
Desde
entonces se venera la aparición del Niño Jesús todos los 25 de diciembre, con
una romería y velorio que involucra a todo San Javier y las comunidades
circunvecinas.
“Pueblo de
San Javier, esta es la verdad, aquí está su niño, venilo a besar”, comienza una
de los cantos que el pueblo dedica al Niño de los Cachitos en las romerías y
que Oscar Piñero, cultor de la comunidad, declama con mucho orgullo y devoción.
Piñero se
dedica desde hace más de 40 años a exaltar las tradiciones populares de su
comunidad y a mantener vivas las actividades que se celebran con el velorio y
romería del Niño de los Cachitos.
“La tradición
del Niño de los Cachitos es algo muy nuestro, muy de San Javier, donde lo
veneramos y año tras año lo recordamos con mucha devoción y fe. Es nuestra
forma de celebrar la Navidad, conmemorar la vida y el amor que Dios nos tiene”,
apuntó Piñero.
Mencionó que
desde que muy niño participa en las romerías, que llevan la imagen del Niño de
Los Cachitos a todo el poblado durante el día y hasta la noche, cuando se vela
en la casa de un devoto, donde duerme hasta la mañana siguiente para regresar a
su altar construido en la iglesia de la comunidad.
Testimonios
de fe
Jobita
Mendoza, de 81 años, se involucró con la celebración del Niño de Los Cachitos,
desde que tiene memoria, pero lo hizo con más devoción desde el momento que su
fe y fervor al Niño Dios, según su creencia, salvó la vida de su hija recién
nacida. Hoy tiene 51 años y es otra ferviente creyente de Dios.
También,
menciona otro caso muy conocido en el sector, el de un niño recién nacido que
estaba desahuciado por una infección pulmonar y, de acuerdo a los
vecinos, el Niño de los Cachitos hizo la obra.
Son muchos
los comentarios que giran en torno a la intervención divina del Niño de los
Cachitos, que incluyen buenas cosechas, progreso del pueblo y demás
circunstancias particulares que sólo se cumplen sí, se piden con fe, afirma
Mendoza, quien este año tendrá el privilegio de recibir la imagen del adorado
niño en su hogar.
“Es un gran
honor recibir al Niño de los Cachitos en mi hogar este año. Vamos a velarlo,
rezarle un rosario y a celebrar con aguinaldos y cantos populares la Navidad”,
resaltó.
La
programación para este año inició a las
siete de la mañana con una misa en homenaje al niño de los Cachitos en la
iglesia de la localidad, de allí la imagen partió en una romería procesión que
recorrió el poblado hasta las siete de la noche. Luego se trasladaron a la casa
de Jobita Mendoza, donde el pueblo amaneció velándolo con una fiesta popular,
cantos y mucha devoción.
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