A Sangre y Fuego
EL DIA QUE CALDERA ORDENO AL EJERCITO
“EVANGELIZAR” LA UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
El 18 de Noviembre de 1969, el gobierno
socialcristiano de Rafael Caldera envió el Cuerpo de Cazadores a
"evangelizar" la Universidad de los Andes, con impresionante saldo de
muert0s, heridos y destrozos generalizados.
Aquel mes de noviembre, a pocos días del
allanamiento de la Universidad Central de Venezuela (UCV) realizado el 31 de
octubre por más de 3.000 efectivos policiales y militares, las jornadas de
protesta se intensificaron en Mérida.
Los asesinatos, detenciones y violaciones a los derechos humanos durante
el allanamiento a la UCV y la lucha contra el proyecto de Ley de Universidades
impulsado en el primer Gobierno de Rafael Caldera, motivaron las acciones de
protesta en la ULA.
Los días 17 y 18 de noviembre, columnas de humo se
alzaron al cielo merideño y ráfagas de metralla fueron disparadas contra la
humanidad del movimiento estudiantil que luchaba por una renovación
universitaria y mejoras sociales. Las autoridades policiales y militares
impusieron un férreo cerco a las facultades de ingeniería y medicina, los
estudiantes se defendían como podían del asedio militar, que no permitía ni la
salida ni la entrada de nadie a los recintos académicos.
El rostro del joven
Domingo Salazar pintado a la entrada de la facultad de Medicina de la
ULA (Universidad de Los Andes), es un homenaje de sus compañeros con el que se
conmemora cada 18 de noviembre la
ominosa muerte de este líder estudiantil inmortalizado hace 47 años en la memoria colectiva del pueblo.
Testigos presenciales de los hechos ocurridos en la
ULA el 18 de noviembre de 1960 relataron que Domingo Salazar, presidente del
centro de estudiantes, junto a otros universitarios se metieron en un baño.
Estando allí un sargento al mando de un pelotón de cazadores se acercó para
preguntar quien dirigía a los estudiantes, Domingo Salazar salió diciendo,
"yo soy el jefe político del grupo". El militar sencillamente le
disparó a la cara y lo mató.
Para el día 20 de noviembre llegó a Mérida una
comisión de diputados del entonces Congreso Nacional integrada por Oswaldo
Osorio Canales (FDP) Eustacio Guevara (MEP) Ricardo Pineda Belloso, Ángel
Oliveros (URD) Oswaldo Álvarez Paz (Copei) y Americo Díaz Nuñez (PCV),
delegación que se ocuparía de investigar lo hechos.
Paralelamente los Bomberos y la Policía Técnica
Judicial se ocupaban del rescate de cuerpos y heridos en cantidad no precisada
por los medios de la época en un barranco con más de 150 metros de profundidad
que es el límite posterior de las facultades y de la meseta de Mérida.
Curiosamente el 13 de noviembre, cinco días antes
de la masacre, Monseñor Pérez Cisneros, Arzobispo Coadjuntor, visitó la sede
del batallón Cruz Carrillo y ante la tropa expresó: "Ponderó la responsabilidad del soldado y
la institución militar en cuanto se refiere a la defensa y lealtad a las
instituciones democráticas. Dijo que el militar tiene a veces que cumplir
misiones ingratas pero necesarias en orden al robustecimiento de la paz
ciudadana". La arenga episcopal
presagiaba las ominosas jornadas por venir los días 17 y 18.
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