PROSPERO REVEREND EL MEDICO DEL
LIBERTADOR EN SU
LECHO DE MUERTE
En 1796 nació en Normandía, Francia, el Cirujano Mayor del
Ejército Republicano Alejandro Próspero
Reverend, el célebre médico que atendió al Libertador en los últimos diecisiete
días de su vida, en Santa Marta, Colombia.
En 1824, motivado por sus ideas revolucionarias abandonó su
país de origen y en ese mismo año, llegó a Colombia, donde legalizó su
condición de médico y desempeñó el cargo de Cirujano Mayor del Ejército
Republicano y posteriormente, médico de cabecera de Simón Bolívar. El general
Mariano Montilla fue quien llamó a Reverend para que se encargara de la
asistencia del Libertador.
De acuerdo con los testimonios de la época, los 17 días
previos a la muerte del Libertador, fueron de entrega total por parte de
Próspero Reverend al cuidado de Bolívar,
negándose a aceptar ningún tipo de remuneración.
Los 33 boletines
redactados por él y el protocolo de la autopsia, constituyen el único
testimonio histórico y médico de la enfermedad y muerte de Simón Bolívar,
causada según su opinión por “Tisis Pulmonar”.
Aunque algunos han querido ensombrecer la gloria de este
ilustre normando, acusándolo de empírico de la medicina, lo cierto es que
Reverend atendió a Bolívar de acuerdo con los conocimientos médicos de la
época.
Cuando asistió al Congreso de Medicina en París, en 1894, en
el momento de la presentación de títulos y credenciales, Próspero Reverend
afirmó: “No tengo más título que el de haber sido el último médico de Simón
Bolívar, el Genio de América, el más grande y el más convencido sacerdote de la
democracia que hayan conocido los siglos”.
Luego de la muerte del Libertador, Reverend pasó en Colombia
el resto de su vida. Ya octogenario, vivió algún tiempo en París. En 1842,
participó en la identificación de los restos del Libertador, cuando fueron
trasladados a Caracas.
Por decreto del Congreso de Venezuela firmado por el
entonces presidente Juan Crisóstomo Falcón, le fue otorgado en 1867, una
medalla de oro y diamantes, un donativo de 10.000 pesos y el disfrute de por
vida, del sueldo íntegro de Cirujano Mayor del Ejército Libertador.
En 1874, el presidente Antonio Guzmán Blanco, lo invitó a
Caracas, y junto con otro reconocimiento pecuniario, le expidió el Diploma de
Ilustre Prócer de la Independencia y lo condecoró con el Busto del Libertador.
En retribución, Reverend obsequió a Venezuela el nódulo
calcáreo encontrado por él en el pulmón izquierdo, durante la autopsia del
Libertador.
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