jueves, 24 de noviembre de 2016

(PARTE III) COMO HA SIDO LA TV VENEZOLANA EN SUS SESENTA Y CUATRO AÑOS

(PARTE III)
COMO HA SIDO LA TV VENEZOLANA
EN  SUS  SESENTA  Y  CUATRO AÑOS
La TV Cultural Venezolana
Solo un avance en la historia de la televisión venezolana se logró en consenso entre gobierno y empresa privada, y fue por un hecho político: El primer gobierno del presidente Rafael Caldera (1969-1974) planteó a la izquierda, alzada en armas por la exclusión y la persecución criminal de los gobiernos de Acción Democrática, abandonar la guerrilla para insertarse en la vida política, social y laboral, hecho que conocemos como la política de pacificación.
La derecha, particularmente la empresarial, estaba consciente que la izquierda y sus militantes no eran opción de poder. La televisión ofrece trabajo a escritores de izquierda, al tiempo que el gobierno del presidente Caldera buscaba una mejor televisión, dentro de su visión de país. Esto lo cuenta José Ignacio Cabrujas (maestro del teatro, la televisión y el cine venezolano) en su artículo ‘de cómo la televisión se planteó ser menos estúpida’:
“Esta tarde hubo caras largas en el canal 2. Regresaba la Alta Gerencia de una tortuosa reunión en el Palacio de Miraflores… Esa tarde el doctor Caldera había expresado que él deseaba una pantalla sana, sin nalgas, sin sollozos, donde a modo de ejemplo se pudiesen ver de nueve a diez p.m., cosas como Las Lanzas Coloradas, El Sargento Felipe, Incurables, o La Ilíada. Era la primera vez que un Presidente de Venezuela, le recordaba a la televisión comercial sus fines, aquellos que son ley y no trampa: divertir, informar y educar, pero sobre todo dentro de una estrategia común al Estado y a los particulares, vale decir, al país…”
Surge entonces ‘la telenovela cultural’, nueva forma de hacer dramáticos, hija de la pluma de grandes escritores como José Ignacio  Cabrujas, Julio César Mármol, Román Chalbaud, Salvador Garmendia. La telenovela venezolana, con altos niveles de sintonía, retrataba héroes, luchas históricas, y problemas de nuestra cotidianidad; se hacían dramas de forma cruda, real, y sin obligatorio final feliz.
Poco tiempo pasaría para que el paradigma comercial acabara con este naciente género, y se volviera a la telenovela tradicional, pero con una diferencia. Por primera vez Venezuela exportaba algo que no fuera petróleo: Latinoamérica, Europa, Estados Unidos, e incluso los países árabes siguieron con atención los dramas criollos.
Capítulos finales arrasaban en sintonía en el mundo, con enormes ganancias para las productoras locales. La crisis venezolana iniciada en los ochenta, sumada a la dependencia tecnológica, y principalmente otros factores, absorberían gran parte del dinero adquirido, y la apuesta a un sistema nacional de producción masiva de buenos contenidos, aprovechando el posicionamiento mundial.
La Televisión venezolana  inició sus producciones de programas a colores en 1972. Las instalaciones técnicas policromáticas propias comenzaron a operar en 1975, aunque la primera transmisión en colores la realizó en 1969, con una señal no originada en Venezuela: el rescate, en el Océano Pacífico, de la tripulación astronave Apolo XI que llevó el hombre a la luna.
El inicio formal de las transmisiones policromáticas  se efectuó en 1981, luego que el Gobierno de Venezuela autorizara las transmisiones a todos los canales, entonces prohibidas desde 1974. Con el color, la televisión adquirió un valor estético y comunicativo muy importante que se tradujo en una imagen más impactante y atractiva.
La apertura del color significó un gran reto técnico, un colosal esfuerzo financiero y gerencial, más un océano de nuevas implicaciones en relación con la influencia del medio sobre el resto de la sociedad y la cultura.
En  los años 80-90, la televisión abandonó la posibilidad de un modelo propio de telenovela (la telenovela cultural) y retoma el romanticismo. Se hace presente una crisis económica real en Venezuela, y la apuesta no sólo es producir para el país, sino para el mundo. Ya en los setenta, Venevisión concretaba la venta a Centroamérica y Estados Unidos de su primera telenovela: “Esmeralda”  obra precursora de la venta de nuestros productos televisivos en el exterior.
La televisión venezolana, de manos del sector privado, logró records impresionantes en el mundo con su principal producto. En España, uno de los capítulos finales más vistos en su historia televisiva es el de la venezolana ‘Cristal’ (Delia Fiallo, 1985) esto significó también enormes ganancias para las productoras locales. “Abigail”, “Topacio”, y otros dramas, no sólo marcaron la televisión europea de la época, sino que viven aún en Europa, bien sea transmitidas por la TV de esos países (valga decirlo, pagadas en euros por esas televisoras), o en el recuerdo de generaciones que crecieron con dramáticos venezolanos.
La telenovela en Venezuela se convirtió en el producto de exportación más importante del sector no petrolero: “Se estima que, solamente en 1992, los ingresos por derechos de transmisión de las telenovelas venezolanas alcanzaron una cifra entre los 40 y 50 millones de dólares, lo cual equipara a la industria televisiva con las exportaciones mejor consideradas…” (IESA, Venezuela: El reto de la competitividad, citada por Francisco Tremonti, en la revista Comunicación, 1995, P-7)
Hasta 1993, 38 países en el mundo entero conocían alguna telenovela venezolana. A través de Coral Pictures (RCTV) y Venevisión Internacional, distribuidoras creadas con divisas de las exportaciones de estos monopolios venezolanos (fueron constituidas en Florida, Estados Unidos), llevaron la telenovela a EEUU, Europa y Asia, con ganancias, en dólares, mucho mayores a las antes citadas.
Contradictorio que una televisión que ganó tantas divisas por exportación, continuó dependiendo de los dólares que producía Venezuela, a través de PDVSA, para su equipamiento y costos internacionales, a través del Régimen de Cambio Diferencial (Recadi) ente regulador del control de cambios que rigió en buena parte de los años 80.
Esta es una muestra de la naturaleza de la empresa privada, que necesitó acabar con el poder político de la época, ayudado por la incompetencia del mismo, buscando tomar a Venezuela sin un intermediario que denunciara su carácter rentista e improductivo.
Venezuela ha sido protagonista de grandes sucesos, que tienen un valor histórico, que en su época fueron transmitidos en vivo y en directo por algunos de los canales de señal abierta de la televisión venezolana. Este material audiovisual, nos sirve para documentarnos, recordar, entretenernos y, algunas veces, hasta nos hacen llorar.

Un fenómeno evidente en el conjunto de medios masivos y en especial en la televisión, es el de la transnacionalización o - mejor dicho – una "estadounización" de la televisión venezolana.


Según cifras que se han sostenido en el tiempo, alrededor de un 60 % de lo que se ve en el país es hecho en los Estados Unidos, situación que se ha agudizado en los últimos años con la comunicación vía satélite y la predominancia de informativos estadounidenses en vivo y directo desde cualquier lugar del mundo, pero siempre con la misma visión unilateral.

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