Cumplió 151 años fascinando al mundo
“ALICIA EN EL PAIS DE LAS MARAVILLAS”
GENIAL OBRA DE LA LITERATURA INFANTIL
El mundo de los sueños y la literatura han mantenido una relación
amorosa durante toda su existencia. Grandes obras han sido inspiradas por
fantasías que sus autores tuvieron la fortuna de experimentar en alguna etapa
de sus vidas; a través de gran talento y determinación, dichos escritores
lograron plasmar tales episodios oníricos en letras que a su vez fueron, son y
serán las causantes de que cualquier persona que lea esas historias, formule en
sus mentes universos completamente surreales.
Uno de los principales culpables de dicho fenómeno, si no el mayor, es Charles Lutwidge Dodgson, autor inglés que
en noviembre de 1865 publicó bajo el seudónimo de Lewis Carroll una novela
protagonizada por una niña que, a raíz de su aburrimiento, emprende la mayor
aventura de su vida, cuando al seguir a un peculiar Conejo Blanco elegantemente
vestido y siempre agobiado por el tiempo, llega a un extraño mundo subterráneo,
repleto de criaturas y personajes irreales.
Tal novela no sería otra
que “Alicia en el País de las Maravillas”,
uno de los cuentos más famosos en la historia de la humanidad, una verdadera
oda a la imaginación. debido a que, a 151 años de haber sido publicada,
continúa ejerciendo una influencia muy importante en la literatura fantástica,
debido al modo tan único y especial con el que Carroll logró presentar una
historia donde fueran precisamente los sueños de una joven y atemorizada
protagonista, el escenario principal para el desarrollo de una trama repleta de
diálogos y personajes profundos.
A través de 12 capítulos, el autor desarrolla las aventuras a
las que Alicia debe enfrentarse, mientras se encuentra con antropomórficos
seres como el Conejo Blanco, La Oruga, El
Sombrerero, La Reina de Corazones y el emblemático Gato de Cheshire; cada uno
de ellos con personalidades que ilustran de gran forma las diferentes clases de
“locura” que cada uno de nosotros contenemos en el fondo y salen a relucir bajo
circunstancias específicas en algún episodio de nuestras vidas.
Tal vez fue este uno de
los factores que influyó en mayor medida para que la obra se colocara entre el
gusto de un público tanto infantil como adulto, y lo convirtiera en una de esas
historias que sobrevivirán el paso del tiempo. Esto último, debido en gran
parte a las constantes adaptaciones que se han realizado para prácticamente
cualquier medio existente; televisión, cine, teatro, música, incluso los juegos
de video han sido empleados para dar a conocer, de forma muy particular, la
trama de Alicia. Ha inspirado películas, series de televisión, canciones,
óperas... y nos ha dado mucho que pensar. Oxford
homenajea al libro exponiendo vestidos y objetos de la verdadera Alicia en una
sala permanente dedicada a la novela en el museo de la ciudad.
Ha hecho carrera entre
varios ambientes la creencia que el texto es simplemente un cuento infantil,
cuestión que ha sido ampliamente rebatida por varios análisis. El cuento está
lleno de alusiones satíricas a los amigos de Dodgson, la educación inglesa y temas
políticos de la época. De forma velada, es otra crítica a los valores y
costumbres de la sociedad del momento.
El texto está conformado
por 12 capítulos en los cuales la protagonista Alicia, una niña de cerca de
siete años, recorre un fantástico país que escapa de toda lógica y sentido
presentes en el mundo real. La obra está plagada de animales que cobran forma
de humanos y su principal antagonista es una reina, la reina de corazones, una
malgeniada monarca que se encuentra obsesionada con decapitar a cualquiera que
le provoque un disgusto.
Dado que se trata de un relato para niños, es
natural que “Alicia en el país de las
maravillas” y su continuación, “A
través del espejo”, retraten un mundo imaginario. Sin embargo, hay algo que
hace de estos cuentos de Lewis Carroll un caso especial. Un motivo de debate
para los adultos incluso hoy, 151 años
después de la publicación del primer volumen, el 26 de noviembre de 1865. Se
llegó a decir que “Alicia es un libro para niños con chistes para adultos”.
A lo largo de más de
siglo y medio, Alicia ha fascinado tanto a lectores jóvenes como adultos de
generación en generación, y su lectura se ha convertido en una deliciosa
obligación. Prácticamente no hay biblioteca o librería en el mundo donde no se
pueda conseguir. Durante este tiempo, “Alicia
en el país de las maravillas” se ha
convertido en un icono cultural traducido a 176 idiomas.
¿Cuántas novelas pueden darse el lujo de tener tanta presencia
en la cultura popular y mantener su frescura sin importar el paso de los años?
Únicamente aquellas con los elementos adecuados para hacer de tal hecho algo
factible y Alicia
en el País de las Maravillas es una de ellas. Más de un siglo y medio de vida, es tan sólo una
pequeña excusa para rememorar con gran placer a esta obra y adentrarnos
nuevamente en su mundo, que en más de una ocasión, ha demostrado ser más cuerdo
que la realidad a la que nos enfrentamos a diario.
En la vida real, Alicia
Lidell fue una joven bella, pretendida en su adolescencia por el polifacético
artista John Ruskin o por un hijo del príncipe de Gales. Se casó con un rico
jugador de cricket y ya mayor, viviendo en Estados Unidos, explicaba a su único
hijo superviviente, pues los otros dos habían muerto en la Primera Guerra
Mundial, que estaba hastiada de ser la Alicia del País de las Maravillas.
El
profesor Dodgson, hombre conservador y orgulloso de su talento, murió a los 60
años, en Oxford. Publicó libros de álgebra y lógica, de matemática recreativa
con su propio nombre, y fue al final de sus días un hombre excéntrico y
enriquecido por su gran éxito como Lewis Carroll.
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