sábado, 19 de noviembre de 2016

No todos viven de ilusión y fantasía EN EL DIA INTERNACIONAL DEL NIÑO ES VERGONZOSA LA SITUACION DE LA NIÑEZ

No todos viven de ilusión y fantasía
EN EL DIA INTERNACIONAL DEL  NIÑO ES
VERGONZOSA LA SITUACION DE LA NIÑEZ
Aunque en Venezuela el Día del Niño se celebra en julio, no pasamos por alto que hoy 20 de noviembre se conmemora el Día de los Derechos del Niño, que recuerda la fecha de aprobación de la ‘Declaración de Derechos’ del Niño de 1959 y la ‘Convención de Derechos del Niño’ de 1989. Es importante recordar este día, pero más importante es denunciar que todavía hay países en los que hay niños a los que no les dejan serlo.
La Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) es un tratado de las Naciones Unidas y la primera ley internacional sobre los derechos del niño y la niña “jurídicamente vinculante”. Esto quiere decir que su cumplimiento es obligatorio para los Estados que la han ratificado.
Considerando que el niño, por su falta de madurez física y mental, necesita protección y cuidados especiales, incluso la debida protección legal, y a pesar de que son muchos los acuerdos suscritos por los estados y organismos en las diferentes cumbres, es vergonzosa  la actual situación de la niñez, en un mundo plagado de desigualdades, regido por un sistema cuya lógica es el privilegio de pocos sobre la desgracia de muchos.
Según la UNICEF, cada año nacen unos 132 millones de niños y niñas. Pero no todos viven en un mundo de ilusión y fantasía. Sino al contrario: uno de cada cuatro de esos menores vivirá en la pobreza y miseria más absoluta, con ingresos menores a un euro diario. Más de un tercio de esos niños no tienen qué comer; no acceden al agua potable ni a la sanidad, ni a una educación básica, ni a un mínimo de protección.
Uno de cada 12 niños muere antes de alcanzar los cinco años  por causas perfectamente evitables.
40 de cada 100 nacimientos no se registran, con lo que esos niños no tienen una nacionalidad reconocida o una existencia oficial.
32 de cada 100 niños estarán desnutridos en sus cinco primeros años de vida, y el privilegio de alimentarse de leche materna en los tres primeros años de vida es algo a lo que no llega ni el 50% de los niños del mundo.
En estos momentos, hay unos 300.000 menores de edad (algunos sólo tienen siete años) que están involucrados en los conflictos de más de 30 países. Niños y niñas son raptados en las escuelas, los campos de refugiados o sus casas, y son entrenados para matar. Las niñas sufren abusos sexuales.
Millones de niños del mundo, en lugar de ir a clase, trabajan. En los países en desarrollo, el 25% de los niños entre cinco y 14 años trabaja. La mitad de ellos, a tiempo completo.
Según Unicef, en África, más de un tercio trabaja; en Asia lo hace un 20%, y en América Latina, uno de cada ocho niños trabaja.
En nuestro país podemos decir que nuestros niños gozan de plenos derechos y cada vez se avanza más para que vivan en una patria digna. Hoy nuestros niños y niñas son sujetos plenos de derechos que gozan de una legislación especialmente diseñada para ellos, la cual, entre sus planteamientos más importantes, les consagra el derecho al buen trato y a una vida libre de violencia.
Familia, comunidad y escuela, principales esferas de participación de la población infantil y adolescente, son los espacios estratégicos en los que el Gobierno Bolivariano centra sus esfuerzos para procurar las condiciones ideales de crecimiento y desarrollo de nuestra infancia.
Dentro de los planes dirigidos a la infancia que se impulsan hoy en Venezuela, destacan: la Misión de Niños y Niñas del Barrio, que ataca los focos neurálgicos de vulnerabilidad de la infancia mas desposeída; también está,  el Plan Nacional de Inclusión en Familias, que ha garantizado el derecho a vivir en un hogar a más de 2 mil niños, niñas y adolescentes, bien sea por la vía del reintegro a familia de origen, por medio de la colocación familiar o a través de la adopción.
Hoy en nuestro país, en relación con los niños en situación de calle aún se  mantiene el fenómeno de aquellos jóvenes, entre 15 y 17 años, que pasan el día en las calles sin haber sido separados de su medio familiar. Estos  mayoritariamente son adictos a sustancias psicoactivas y, por ende, vinculados a casos de explotación sexual y laboral.
Para ellos está en pleno desarrollo el Plan Especial de Captación de Niños en Calle, en el cual se han diseñado centros de atención inmediata para la desintoxicación, en primera instancia, y atención ambulatoria para los que egresan, quienes periódicamente son evaluados por un equipo integral.
Asimismo, específicamente para aquellos jóvenes sometidos a explotación laboral, se ha establecido el Programa para la Dignificación de Adolescentes Trabajadores.
En lo que atañe a la no participación de niños, niñas y adolescentes en conflictos bélicos, Venezuela marcha a la vanguardia, gracias a políticas macro que hoy ponen el acento sobre los pequeños en mayor riesgo de ser vulnerados.
Para eliminar la pobreza y sus consecuencias, entre ellas la violencia que nace en los hogares y se replica en las comunidades, es necesario consolidar el Poder Popular por la vía de la transferencia del poder al pueblo.
Los niños, niñas y adolescentes  en Venezuela son ciudadanos y ciudadanas  de pleno derecho, que forman parte de este pueblo en lucha y, como tal, han adquirido derechos políticos y civiles que les permiten articularse a las diversas formas de organización social y expresar libremente sus ideas.
Para finalizar, lo más importante no es simplemente Declarar los Derechos del Niño, sino es cumplir, y hacer cumplir,  con estos derechos y querer a nuestros niños, niñas y adolescentes, protegerlos y escucharlos por que sin ellos no tendríamos futuro.






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