No todos viven de ilusión y
fantasía
EN EL DIA INTERNACIONAL DEL NIÑO ES
VERGONZOSA LA SITUACION DE LA
NIÑEZ
Aunque en Venezuela el Día del
Niño se celebra en julio, no pasamos por alto que hoy 20 de noviembre se
conmemora el Día de los Derechos del Niño, que recuerda la fecha de aprobación
de la ‘Declaración de Derechos’ del Niño de 1959 y la ‘Convención de Derechos
del Niño’ de 1989. Es importante recordar este día, pero más importante es denunciar
que todavía hay países en los que hay niños a los que no les dejan serlo.
La Convención sobre los
Derechos del Niño (CDN) es un tratado de las Naciones Unidas y la primera ley
internacional sobre los derechos del niño y la niña “jurídicamente vinculante”.
Esto quiere decir que su cumplimiento es obligatorio para los Estados que la
han ratificado.
Considerando que el niño, por
su falta de madurez física y mental, necesita protección y cuidados especiales,
incluso la debida protección legal, y a pesar de que son muchos los acuerdos
suscritos por los estados y organismos en las diferentes cumbres, es
vergonzosa la actual situación de la
niñez, en un mundo plagado de desigualdades, regido por un sistema cuya lógica
es el privilegio de pocos sobre la desgracia de muchos.
Según la UNICEF, cada año
nacen unos 132 millones de niños y niñas. Pero no todos viven en un mundo de ilusión
y fantasía. Sino al contrario: uno de cada cuatro de esos menores vivirá en la
pobreza y miseria más absoluta, con ingresos menores a un euro diario. Más de
un tercio de esos niños no tienen qué comer; no acceden al agua potable ni a la
sanidad, ni a una educación básica, ni a un mínimo de protección.
Uno de cada 12 niños muere
antes de alcanzar los cinco años por
causas perfectamente evitables.
40 de cada 100 nacimientos no
se registran, con lo que esos niños no tienen una nacionalidad reconocida o una
existencia oficial.
32 de cada 100 niños estarán
desnutridos en sus cinco primeros años de vida, y el privilegio de alimentarse
de leche materna en los tres primeros años de vida es algo a lo que no llega ni
el 50% de los niños del mundo.
En estos momentos, hay unos
300.000 menores de edad (algunos sólo tienen siete años) que están involucrados
en los conflictos de más de 30 países. Niños y niñas son raptados en las
escuelas, los campos de refugiados o sus casas, y son entrenados para matar.
Las niñas sufren abusos sexuales.
Millones de niños del mundo,
en lugar de ir a clase, trabajan. En los países en desarrollo, el 25% de los
niños entre cinco y 14 años trabaja. La mitad de ellos, a tiempo completo.
Según Unicef, en África, más
de un tercio trabaja; en Asia lo hace un 20%, y en América Latina, uno de cada
ocho niños trabaja.
En nuestro país podemos decir que
nuestros niños gozan de plenos derechos y cada vez se avanza más para que vivan
en una patria digna. Hoy nuestros niños y niñas son sujetos plenos de derechos
que gozan de una legislación especialmente diseñada para ellos, la cual, entre
sus planteamientos más importantes, les consagra el derecho al buen trato y a
una vida libre de violencia.
Familia, comunidad y escuela,
principales esferas de participación de la población infantil y adolescente,
son los espacios estratégicos en los que el Gobierno Bolivariano centra sus
esfuerzos para procurar las condiciones ideales de crecimiento y desarrollo de
nuestra infancia.
Dentro de los planes dirigidos
a la infancia que se impulsan hoy en Venezuela, destacan: la Misión de Niños y
Niñas del Barrio, que ataca los focos neurálgicos de vulnerabilidad de la
infancia mas desposeída; también está,
el Plan Nacional de Inclusión en Familias, que ha garantizado el derecho
a vivir en un hogar a más de 2 mil niños, niñas y adolescentes, bien sea por la
vía del reintegro a familia de origen, por medio de la colocación familiar o a
través de la adopción.
Hoy en nuestro país, en
relación con los niños en situación de calle aún se mantiene el fenómeno de aquellos jóvenes,
entre 15 y 17 años, que pasan el día en las calles sin haber sido separados de
su medio familiar. Estos mayoritariamente son adictos a sustancias
psicoactivas y, por ende, vinculados a casos de explotación sexual y laboral.
Para ellos está en pleno
desarrollo el Plan Especial de Captación de Niños en Calle, en el cual se han
diseñado centros de atención inmediata para la desintoxicación, en primera
instancia, y atención ambulatoria para los que egresan, quienes periódicamente
son evaluados por un equipo integral.
Asimismo, específicamente para
aquellos jóvenes sometidos a explotación laboral, se ha establecido el Programa
para la Dignificación de Adolescentes Trabajadores.
En lo que atañe a la no
participación de niños, niñas y adolescentes en conflictos bélicos, Venezuela
marcha a la vanguardia, gracias a políticas macro que hoy ponen el acento sobre
los pequeños en mayor riesgo de ser vulnerados.
Para eliminar la pobreza y sus
consecuencias, entre ellas la violencia que nace en los hogares y se replica en
las comunidades, es necesario consolidar el Poder Popular por la vía de la
transferencia del poder al pueblo.
Los niños, niñas y
adolescentes en Venezuela son ciudadanos
y ciudadanas de pleno derecho, que
forman parte de este pueblo en lucha y, como tal, han adquirido derechos
políticos y civiles que les permiten articularse a las diversas formas de
organización social y expresar libremente sus ideas.
Para finalizar, lo más
importante no es simplemente Declarar los Derechos del Niño, sino es cumplir, y
hacer cumplir, con estos derechos y
querer a nuestros niños, niñas y adolescentes, protegerlos y escucharlos por
que sin ellos no tendríamos futuro.
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