EN 1961 BETANCOURT ROMPIO RELACIONES
CON CUBA POR PRESIONES IMPERIALISTAS
El 11 de noviembre de 1961 el entonces presidente de Venezuela, Rómulo Betancourt,
anunció su decisión, por presiones yanquis, de romper relaciones diplomáticas y
consulares con la República de Cuba.
Al iniciarse un nuevo período en la Historia Nacional con el
establecimiento de la Democracia, la política exterior venezolana se orientó a
mantener relaciones de mutuo respeto con la mayor parte de los países del
mundo, así como asegurar la colaboración del país en todos los esfuerzos para
consolidar la paz y la democracia en el mundo y a participar vivamente en todos
los proyectos encauzados a la defensa de los derechos humanos. Tales principios
fueron señalados en el preámbulo de la Constitución promulgada en 1961.
Sin embargo, en los primeros años de la década de 1960, la
implementación de la llamada Doctrina Betancourt que implicaba el
reconocimiento por parte de Venezuela sólo a regímenes legitimados por
elecciones democráticas causó la ruptura de relaciones diplomáticas con un gran
número de países, particularmente en el continente americano, lo cual llevó a
un relativo aislamiento de Venezuela en el contexto de su política exterior.
Especial tensión existió en ese período en las relaciones entre
Venezuela y Cuba, así como en las relaciones con el régimen dictatorial que en
esos años gobernaba República Dominicana.
Con el apoyo contundente del gobierno de Estados
Unidos, y con la ayuda de Costa Rica y Honduras, Rómulo Betancourt presionó a la Organización
de Estados Americanos (OEA)
para que adoptase sanciones diplomáticas y políticas contra el líder
revolucionario Fidel Castro, siendo
esta postura determinante en la expulsión de Cuba de la OEA.
“Lo que ya resultó imposible aceptar, porque en ello estaba en
juego la dignidad misma de la Nación, fueron los recientes exabruptos del
canciller de ese gobierno en los que se acusó al nuestro de actuar bajo los
dictados e indicaciones de potencias extranjeras”, trató de explicar Betancourt al pueblo cubano, dejando a la vista
las acciones injerencistas de las naciones afectas al imperialismo.
La ruptura de las relaciones con la hermana república de Cuba dio
paso a lo que se conoció como la Doctrina
Betancourt, que
prosiguió en 1962, en Venezuela, cuando
el gobierno de Betancourt, declaró ilegales al Partido
Comunista de Venezuela y
al Movimiento de Izquierda Revolucionaria pasando éstos a la
clandestinidad.
Durante el Gobierno de Raúl Leoni (1964-1969),
la ya referida doctrina Betancourt permaneció vigente, aunque se observó mayor
flexibilidad en su aplicación.
Como consecuencia del agravamiento de las
tensiones con los sectores de izquierda a nivel nacional e internacional, el
Gobierno de Leoni interrumpió las relaciones de Venezuela con la Unión
soviética, relaciones que databan de 1945.
Con el gobierno del Presidente Rafael Caldera, se estableció un
criterio más amplio y realista de pluralismo ideológico, que permitió darle un
nuevo impulsó a las relaciones exteriores del país, desechando la llamada
Doctrina Betancourt.
El nuevo principio rector de la política
internacional practicada durante dicho gobierno estuvo orientado básicamente al
mejoramiento de las relaciones Norte-Sur, a la vez que se fundamentó en los
postulados teóricos del desarrollo de la humanidad, que suponía la redefinición
de la economía mundial sobre criterios de mayor justicia y equidad, tratando de
revertir los efectos causados por la política exterior de Betancourt
La
extensión de la política pluralista iniciada por Rafael Caldera se expresó en
el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba en
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