viernes, 2 de diciembre de 2016

América para los “Norte-americanos” LA DOCTRINA MONROE PROPICIA EL EXPANSIONISMO ESTADOUNIDENSE



América para los “Norte-americanos”
LA DOCTRINA MONROE PROPICIA EL
EXPANSIONISMO ESTADOUNIDENSE
 El 2 de Diciembre de 1823, el Presidente de los Estados Unidos, James Monroe, anunció que no permitiría intervención europea en América. Nacía la “doctrina Monroe” América para los americanos, es decir para ellos, los únicos que se consideraban americanos.
Gracias a la declaración de Monroe, Estados Unidos daba el gran paso al declarar que Europa no debía interferir en los asuntos de América. Y la idea de Monroe de lo que constituía los asuntos americanos de todo el hemisferio occidental era realmente expansiva.
La “Doctrina Monroe” es sin duda uno de los grandes temas de la historia de las Relaciones Internacionales del continente americano. Originalmente formó parte del mensaje anual del presidente norteamericano James Monroe al Congreso de los Estados Unidos. El mensaje contenido en el discurso señaló ideas que ya estaban establecidas en la política exterior de los Estados Unidos. Sin embargo, esta declaración hecha por el entonces presidente Monroe no fue tenida en cuenta durante muchos años.
Recién en las últimas décadas de ese siglo esta nación se ubicó como una de las mayores potencias mundiales. De este modo, la declaración del entonces presidente fue tenida en cuenta, convirtiéndose en lo que hoy conocemos con el nombre de “La Doctrina Monroe” y haciendo de ésta la piedra angular de lo que es hoy la política exterior norteamericana.
Para entender más claramente la arbitraria aplicación de esta doctrina durante las últimas décadas del siglo XIX y su posterior aplicación hasta nuestros días es necesario echar un vistazo al contexto histórico.
Desde el principio, Estados Unidos, tenía muy claro su propósito: el expansionismo en América. Desde finales del siglo XVIII ya había firmado varios tratados para fijar límites con Canadá y comprar el territorio de Louisiana a Francia, reclamando por otra parte los territorios de Florida y Texas. La doctrina Monroe fue aplicada por primera vez en Texas, puesto que era para los Estados Unidos un riesgo el tener tan cerca una región independiente, que podría unirse a cualquier potencia, convirtiéndose en un gran peligro.
Es así como los Estados Unidos se convierte en una especie de poder absolutista dentro de América, dando la espalda al viejo continente y otorgándose la autoridad moral para expandirse a la fuerza y convertirse en una potencia mundial, primero al conquistar el Oeste y la guerra contra los indios, luego contra México y Texas. No consideraban su expansionismo como política exterior sino que lo hacían con la conciencia tranquila, es decir que la política exterior de los Estados Unidos consistiría en no tener política exterior.
Así llegamos al día de hoy, en que los Estados Unidos son la gran potencia mundial, enfrentados en la Segunda Guerra Mundial al eje Roma-Berlín-Tokio, en la que permitieron el ataque a Perl Harbour para ingresar al conflicto, pese a su Gran Doctrina de no intervención en asuntos europeos, hasta poner fin a la guerra en el momento de lanzar la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki, sin ningún tipo de remordimiento, enfrentándose a otra potencia durante la época de la guerra fría: la Unión Soviética.
Su escalada de dominio se afianzó con la creación de entidades de alcance internacional como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), puesto que ya no solo era un dominio regional, sino que creció y se extendió a hasta llegar a cualquier país que pudiera representar intereses reales o potenciales, bajo la dominación económica del Gigante del Norte. Se crearon organismos como la Organización de Estados Americanos (OEA) cuya sede se encuentra curiosamente en el corazón del dominio político y militar norteamericano, en el corazón de Washington D.C.
Intervinieron en Vietnam y en Cuba con la invasión a la bahía de Cochinos, de las que no salieron bien librados. Luego Grenada, Kuwait-Irak y la Guerra del Golfo en la década de los 90, con las consecuencias que todos conocemos y por los intereses que todos conocemos, el petróleo. En el año 2001 un hecho que para muchos es más un auto-atentado que un atentado por parte del mundo Árabe, en el que murieron miles de personas, hecho que dio pie a muchas acciones bélicas por parte de los Estados Unidos: La caída de las Torres Gemelas.
Muchos de los que vieron la transmisión y el momento en que se derrumbaron estos dos gigantescos rascacielos dudaron del atentado, se realizándose miles de investigaciones, deducciones y pruebas de todo tipo que llevaron a la realización de documentales.
Todos sabemos que el Estado, como bien dice Michell Albert en su libro Capitalismo contra capitalismo: “(…) sirve a los grupos de presión, y estos con frecuencia los componen empresas y corporaciones (…)”, puesto que son estas empresas y corporaciones las poseedoras de capacidad económica y organizativa suficientes para influir en la gestión pública y la generación de políticas para inclinar la balanza a su favor, e incluso, llegar a desestabilizar el mercado y hasta algún pequeño país o gobierno que les sea adverso, aun por encima de la generación de conflictos, golpes de estado, invasiones, pobreza y hambre. Esto no es más que el reflejo de una economía capitalista basada en intereses privados que se han expandido a otros lugares del mundo, fuera del rango de dominio que propone la doctrina Monroe.
¿Quién es realmente el causante de todos estos hechos que han provocado ruinas, conflictos bélicos, homicidios en masa, invasiones, hambre, pobreza y desolación, crisis a nivel mundial, culpas a terceros, tomas de gobiernos e implantaciones de leyes marciales, juicios militares y tantos otros dramas que hoy son moneda corriente en todo el mundo, ese mundo al que llamamos civilizado?
Tal vez algún día podamos obtener respuestas a tantas preguntas, o quizás nunca. Y en no muy largo plazo nos veamos inmersos en este mundo que ya está globalizado en muchos aspectos. Inmersos en esas 4 o 5 zonas que a su vez son gobernadas por un único Gobierno, un Gobierno mundial, bajo una misma moneda impuesta por los intereses de los Norteamericanos.
Es así como surgen  esas  grandes  preguntas  que todos nos hacemos hoy, ¿a dónde irá a parar este mundo conflictivo y loco en el que vivimos? ¿Tendrán razón todos aquellos, quienes ven el futuro de nuestro planeta con preocupación y desconfianza?, Quizás la solución no se encuentre en la idea de un mundo globalizado y bajo un único gobierno, sino en ideales tal vez  utópicos, como el que propone Samir Amin en su libro sobre el capitalismo en una época globalizada, tan convulsionada como la que nos ha tocado vivir.
Tal vez Manuel Castells Olivan, sociólogo español, tenga razón al señalar que : “Los estados-nación sobrevivirán, pero no así su soberanía”.

O también pueden ser válidas las reflexiones del gran ícono de la sociología Max Webber, cuando afirma que  “es un mundo que no tiene solución”.

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