JOSE GREGORIO HERNANDEZ
CUMPLE AÑOS HACIENDO COLA
Nuestro “casi Santo” José Gregorio Hernández, nació en la población de
Isnotú, en el estado Trujillo, el 26 de octubre de 1864, coincidencialmente el
mismo día, pero no el año, en que nació en tierras orientales el afamado
periodista, escritor, poeta, humorista y político Miguel Otero Silva (MOS),
quien, por cierto, distaba mucho de la forma de pensar del sabio científico
trujillano. A ambos lo único que pareciera unirlos es que nacieron el “Día de la Suegra”.
José Gregorio Hernández fue conocido en vida por su bondad, rectitud y
fervorosa dedicación a aliviar el sufrimiento humano. Hijo de Benigno Hernández
Manzaneda y de Josefa Antonia Cisneros
Monsilla, realizó los estudios de primaria en Trujillo hasta los 13 años de
edad cuando se mudó a Caracas. Fue un estudiante sobresaliente y se graduó de
bachiller en filosofía en 1884. Ingresó en la Universidad Central, donde
obtiene el título de Médico el 28 de junio de 1888.
Cuando se disponía a ejercer la profesión en Caracas, gracias a una
beca, viajó a Europa para estudiar en
París, algunas materias de las que aquí no se tenía gran conocimiento. Fue así
como José Gregorio se preparó con profundidad en las áreas de: Microbiología,
Histología Normal, Patología, Bacteriología y Fisiología Experimental. A su
regreso de Francia fue nombrado profesor de la primera Cátedra de Bacteriología
en América del Sur.
Se dedicó a la docencia, el ejercicio profesional y a la práctica
religiosa. Por esta razón, fue profesor desde 1891 hasta 1916. Se distinguió
por su fe inquebrantable, su castidad perfecta, su humildad y sencillez
profunda, su excelencia profesional, su tierna devoción a la Virgen, y su gran
amor a Dios y al prójimo. En dos oportunidades quiso hacerse sacerdote, pero su
condición física resultó su mayor impedimento.
El 29 de Junio de 1919 mientras llevaba medicinas a un enfermo
necesitado fue atropellado por un carro en la zona de la Pastora.
Los venezolanos lo veneran por sus virtudes como médico y por su
vocación religiosa. Por esta razón, desde hace varios años se le atribuyen
varios milagros y curaciones, tanto es así que en 1949 el Vaticano inicia su
investigación y en 1986 le asignan la jerarquía de "Venerable", uno
de los pasos en el proceso de beatificación según los parámetros de la Iglesia
Católica. Sus restos se encuentran en el Templo de la parroquia La Candelaria,
después de estar por mucho tiempo en el Cementerio General del Sur. Era la
tumba más visitada de dicho cementerio.
El Vaticano ha sido injusto con José Gregorio Hernández en el proceso
para su canonización, ya que le ha dado prioridad a otros personajes con menos
años que él en el círculo de espera, quienes ,por razones no tan “sanctas”, han sido incluidos en el Santoral.
Tales son los casos del español José María Escrivá, fundador del oprobioso
“Opus Dei”, aliado del tristemente célebre “franquismo”, en España, con su
secuela de asesinatos. Igualmente pasó por sobre José Gregorio Hernández la
llamada Madre Teresa de Calcuta, que dejó millones de Dólares en las arcas del
Banco del Vaticano.
Más recientemente el Papa Juan Pablo II, quien, a pesar de su edad,
corrió a velocidad supersónica y fue proclamado Santo. El Papa polaco guió la barca de Pedro entre el 16 de octubre
de 1978 y el 2 de abril de 2005. Benedicto XVI beatificó el 1
de mayo de 2011. Y el otro es Juan
XXIII, quien fue Papa entre el 28 de octubre de 1958 y el 3 de junio de 1963 y
fue beatificado en el 2000 por Juan Pablo II. Los dos Papas
fueron canonizados el 27 de abril de 2014 durante una Misa celebrada por el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro.
Santos van y santos vienen y José Gregorio sigue en la cola desde 1949,
o sea, desde hace 67 años, y parece que se va a quedar allí esperando que la
MUD gane “algún día” para acabar con las colas.
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