JOSE MARIA ESCRIVA “SANTO”
POR FRAUDE DEL “OPUS
DEI”
El 06 DE Octubre de 2002, el Papa Juan Pablo II canonizó en
forma extraordinariamente expedita al sacerdote español José María Escrivá de
Balaguer, fundador del Opus Dei, que funciona
en la práctica como una logia secreta, en 1928. Entre tanto la causa de
José Gregorio Hernández, nuestro Siervo de Dios continúa durmiendo el sueño de
los justos. ¡Cosas veredes que non crederes, Sancho!
José María Escrivá de
Balaguer. Nació en España en 1902, en una familia pobrísima. Entró a la
preparación para el sacerdocio cuando en España la gente de poblados menores,
como el suyo, encontraba al sacerdocio como la única posibilidad para la
formación profesional. Sus contemporáneos lo recuerdan como una persona poco
dotada.
Escrivá fue conocido por su carácter irascible
y su vulgar personalidad. Siendo ya religioso, se evidencia su personalidad
patológica lo que es común en psicópatas. Otro rasgo: la mentira o mitomanía y
el fraude. Siendo su familia paupérrima, la mantuvo con su sueldo en un
apartamento modesto. Cuando éste fue destruido por la guerra civil, creó la
historia de que vivió en un “noble palacio”.
Su complejo de miserable fue más allá, y cuando
ya era religioso, compró en 1968 el título nobiliario de Marqués de Peralta,
demostración de su megalomanía o delirio de grandeza. Esto sería ridículo en
una persona común, y es imperdonable en un religioso. Sin embargo, esta persona
burda trataba de impresionar usando cilicio hasta
sangrar, lo que denota otro rasgo de anormalidad.
Durante su vida, apoyó a la dictadura de
Franco, y admiró a Hitler. “Camino” es una obra suya, su producción escrita es
una mezcla de copias de diferentes corrientes, como la jesuita y la masonería,
no aporta originalidad, sino en cuanto a su vileza. Poseía una mente enferma y
una personalidad codiciosa, vulgar, soberbia y perversa. Increíblemente.
De acuerdo con una biografía escrita por Peter
Beglar (la cual tiene un Imprimatur y un Nihil Obstat del Arzobispado de N. York),
Escrivá estuvo internado como paciente psiquiátrico por cinco meses en un
manicomio para escapar de la persecución durante la guerra civil. Por otro lado, sus escritos, palabras
y comportamiento son evidencia de que el tratamiento psiquiátrico de Escrivá no
fue completamente exitoso, pudieron manejar de alguna manera un episodio
incontrolable que lo condujo a la clínica psiquiátrica, pero su insania
continuo hasta su muerte.
Por influencia del Opus Dei en el Vaticano, fue
beatificado. Siendo requisito para la beatificación una vida ejemplar,
virtudes, etc., resulta obvio que se trató de un fraude más del Opus Dei. Hay
muchos expedientes de beatificación de personajes de vida verdaderamente
ejemplar y honorable, que han quedado siglos (hasta hoy) sin pasar a la
beatificación, como por ejemplo María de Jesús Agreda (siglo XVI), Hildegard
von Bingen (siglo XIII), ambas religiosas, que llevaron vida santa, dedicadas
casi toda su existencia a su ministerio, y autoras de bellísimos y espirituales
escritos.
Hildegard
von Bingen poseía los dones de profecía y curación y en vida llegó a curar a
ciegos inclusive. Sobre Agreda hubo una objeción a su proceso porque dijo que
sería un pecado oponerse a su obra “La Ciudad Mística de Dios”. Sin embargo, es
cierto que es pecado oponerse a las obras que elevan el espíritu.
Y más recientemente tenemos el caso archiconocido
de nuestro JOSE GREGORIO HERNANDEZ, que lleva 69 años haciendo cola en el
Vaticano en espera de su canonización, pero como no tiene la influencia del
soborno ni una representación eclesiástica con suficiente peso moral que lo
apoye, ha sido relegado a un segundo plano
Entonces, ¿no debían haber sido cuestionadas
las monstruosidades que dijo Escrivá? El costo de esos procesos es altísimo,
pero por la cantidad de dinero que maneja el Opus Dei, eso no fue problema para
ellos. El supuesto milagro de curación de Escrivá después de su muerte (en el
proceso) es otro fraude. Ningún católico en su sano juicio podrá creer que
semejante monstruo es capaz de producir milagros.
Finalmente, un caso extraño es que el Papa Juan
Pablo II se arrodilló ante la tumba de Escrivá. ¿Por qué lo hizo?, ¿como
resultado del lobby del Opus Dei? ¡De acuerdo con el protocolo, un Papa sólo
puede arrodillarse ante la tumba de un cardenal!
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