“MI DELIRIO SOBRE EL CHIMBORAZO”
OTRA GENIALIDAD DE SIMON
BOLIVAR
El 13 de octubre de 1822 el Libertador Simón Bolívar escribió “Mi Delirio Sobre el Chimborazo”, escrito
catalogado como una de las piezas más emblemáticas del romanticismo venezolano
en el siglo XIX, donde se refleja el talante poético del Padre de la Patria.
Hoy el pueblo venezolano retoma el espíritu libertario retratado
en esta excepcional obra, alegoría de la causa independentista, que refleja el
ideal revolucionario de la Unión Suramericana de los pueblos.
El historiador colombiano
Armando Martínez Garnica manifestó que la única copia que se conocía de “Mi
Delirio en el Chimborazo” -porque no hay un original del puño y letra de
Bolívar- es un ejemplar conservado en Quito, pero que la que él tenía en su
poder era una nueva versión, tan sólo que descubierta en Málaga, departamento
de Santander.
El original no ha sido encontrado, pero sí una copia que está en
poder de una familia quiteña y que es la que todos conocemos. Entonces hubo un
tiempo en que se dijo que era apócrifo, pero tenemos testimonios en los cuales
el propio Bolívar muestra que él lo escribió impactado por el paisaje que vio
en Ecuador y porque lo unió con su destino continental.
Como algunas voces han puesto en duda la autoría del Libertador,
dejemos que sea él quien lo confirme en una carta que remitió a su maestro
Simón Rodríguez desde Pativilca, Perú, el 19 de enero de 1824: ‘Venga usted al
Chimborazo; profane usted con su planta atrevida la escala de los titanes, la
corona de la tierra, la almena inexpugnable del universo nuevo. Desde tan alto
tenderá usted la vista; y al observar el cielo y la tierra, admirando el pasmo
de la creación terrena, podrá decir: dos eternidades me contemplan; la pasada y
la que viene; y este trono de la naturaleza, idéntico a su autor, será tan
duradero, indestructible y eterno como el padre del universo’”.
Según los críticos, la creación
verdaderamente literaria, y cargada de gran belleza plasmada por El Libertador
fue “Mi Delirio sobre El Chimborazo”. Obra de excepción en los escritos de
Bolívar. Es la única de sus manifestaciones hecha con una finalidad
esencialmente poética.
En ella llegó a mostrar,
con gran vivacidad, la pequeñez humana delante de lo infinito. Es evidente que
este poema en prosa es una alegoría. Es como una ensoñación, como un delirio.
Es una gran obra
literaria, por el tema: la crisis ideológica que vivió este gran hombre después
de la batalla de Carabobo. Lo es también por su elaboración: lírica, en la
primera parte, por la forma como expresa la ascensión al Chimborazo; es
dramática en la segunda, pues da una solución simbólica, es decir, estética, al
terrible y pavoroso drama aludido.
Este poema, además, es
una de las piezas representativas de nuestro primer romanticismo, que tiene la
singularidad de haberse inspirado en la vida y en la obra del propio autor. Y
es, por último, el primer poema en prosa con que cuentan nuestras letras.
El monte Chimborazo está
situado en la provincia del mismo nombre, en Ecuador, y a sus pies se encuentra
la ciudad de Riobamba, capital de dicha provincia.
Chimborazo es el nombre
del dios de la antigua nación Puruhá, que más tarde fuera adorado por los Incas. Su nombre tiene
varios significados en los dialectos vernáculos. Viene del jíbaro chimbu,
asiento, dueño de casa; del aymará rassu, montaña; del colorado shimbu, mujer y
rassu, nieve.
También se cree que
chimbo es de origen chimú y significa sombra protectora. En idioma quichua,
chimbo o chimbu significa la del otro bando; y rassu quiere decir nieve. Es
decir “Nieve del Otro Bando”, lo cual concuerda con la mitología indígena que
considera al Chimborazo como esposo de la Tungurahua, montaña situada frente al
mitológico cónyuge.
Los indígenas de la
provincia del Chimborazo creen que las dos montañas se unen cuando el cielo
resplandece por los relámpagos en las noches de tormenta. Alexander Von
Humboldt intentó llegar a la cima del Chimborazo, pero sólo alcanzó los 5 mil
900 mts sobre el nivel del mar.
En la visión de la
montaña ecuatoriana se inspiró Simón Bolívar al momento de darle vida a “Mi
delirio sobre el Chimborazo”.
Demostró así El
libertador, Simón Bolívar, que no
sólo fue un gran estratega, militar y político, que llegó a liberar a tantos
países en Latinoamérica, sino también ensayista y si se quiere hasta poeta,
sólo habría que revisar algunas de sus cartas.
Su prosa siempre fue fina y enérgica, por medio
de ella ejerció un poder humano de gran envergadura, en lo real y en lo
teórico, a tal punto que su pensamiento escrito sigue brillando en el tiempo,
se mantiene vigente y ha sido guía para las personas que buscan el bien y la justicia.
Sólo podía ser él, el más
Grande de nuestra América, el Gran Simón Bolívar, el Simón Bolívar que nació de
las entrañas del pueblo venezolano y dio luces al mundo. ¡Cómo no amarlo y
seguir su ideario!.
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