Chabela fue sinónimo de un periodismo honesto y apasionante
Laya se graduó de periodista en la Universidad Central de Veezuela en 1978 / Foto: José Barrios
Quien ha pasado por los pasillos de El Tiempo reconocería su voz, su risa y hasta sus reclamos en plena sala de redacción. Ayer, a sus 64 años, no llegó y el silenció se impuso.
Elizabeth Laya pasó de odontóloga frustrada a ser el orgullo de su familia, pues fue de las pocas de su casa que entró a una carrera, en la escuela de Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Allí se graduó en la mención audiovisual en 1978.
Amante de la radio, llegó a Radiovisión, una dependencia de Venevisión, y luego la llamaron para trabajar en el Oriente. Llegó a El Tiempo, donde estuvo cerca de tres meses y luego pasó por la redacción del Diario de Oriente.
Larga trayectoria
Ese lapso fue corto, a diferencia de su segundo paso por “El periódico del pueblo oriental”. Su memorándum de ingreso, fechado el 25/4/1979, marcó el inicio de una trayectoria dentro del rotativo (38 años y 10 meses).
El pasado 15 de junio habló de su profesión en medio de una entrevista que fue grabada sin su consentimiento.
“Esta no es una carrera para figurar, es un servicio público. No es para verse bonito, lo que sí ganas es crédito, por ser un periodista honesto”.
Aunque dijo no arrepentirse de nada, la guaireña se fue confesa. “Estoy en deuda con los hijos míos. Esto apasiona tanto que dejas de lado ciertas cosas. Debes entender que tienes una familia que te necesita”. Pero para Avril, la hija de María, y Adrián, el de Néstor, fue una abuela presente.
El periodismo fue su vida y este periódico su casa, desde aquel piso de madera de la calle Anzoátegui hasta su ventanal del piso 2, frente a la oficina de Magda (Llovera), en la avenida Municipal de Puerto La Cruz.
¡Gracias, Chabela!
Puerto La Cruz / Andrés Astudillo
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