domingo, 11 de febrero de 2018

JUVENTUD DIVINO TESORO!!!

12 de Febrero: Día de la Juventud
El 12 de Febrero se celebra en Venezuela el Día de la Juventud, en conmemoración a la Batalla de La Victoria, ganada ejemplarmente en 1814 por José Félix Ribas y su ejército, conformado por jóvenes pertenecientes al Seminario y a la Universidad  Central de Venezuela.

JUVENTUD DIVINO TESORO

Exclamación muy habitual que entraña una valoración evidente sobre ese período de la vida, en el que todo parece ser positivo, por ello se acostumbra pronunciarla con un tono nostálgico.Al menos para muchas personas es así, pero no para todos, puesto que la juventud no necesariamente es la mejor etapa de la existencia para todos los seres humanos. En cuanto a su nacimiento, se reconoce como autor al poeta nicaragüense Rubén Darío (1867-1916), representante del modernismo, quien compuso e incluyó un poema así titulado en su obra “Cantos de Vida y Esperanza” (1905)

Ahí lo tenemos para recordarlo hoy DIA DE LA JUVENTUD.

Juventud, divino tesoro, 
¡ya te vas para no volver! 
Cuando quiero llorar, no lloro... 
y a veces lloro sin querer. 

Plural ha sido la celeste 
historia de mi corazón. 
Era una dulce niña, en este 
mundo de duelo y aflicción. 

Miraba como el alba pura; 
sonreía como una flor. 
Era su cabellera obscura 
hecha de noche y de dolor. 

Yo era tímido como un niño. 
Ella, naturalmente, fue, 
para mi amor hecho de armiño, 
Herodías y Salomé... 

Juventud, divino tesoro 
¡ya te vas para no volver...! 
Cuando quiero llorar, no lloro, 
y a veces lloro sin querer... 

La otra fue más sensitiva, 
y más consoladora y más 
halagadora y expresiva, 
cual no pensé encontrar jamás. 

Pues a su continua ternura 
una pasión violenta unía. 
En un peplo de gasa pura 
una bacante se envolvía... 

En sus brazos tomó mi ensueño 
y lo arrulló como a un bebé... 
Y le mató, triste y pequeño 
falto de luz, falto de fe... 

Juventud, divino tesoro, 
¡te fuiste para no volver! 
Cuando quiero llorar, no lloro, 
y a veces lloro sin querer... 

Otra juzgó que era mi boca 
el estuche de su pasión 
y que me roería, loca, 
con sus dientes el corazón 

poniendo en un amor de exceso 
la mira de su voluntad, 
mientras eran abrazo y beso 
síntesis de la eternidad: 

y de nuestra carne ligera 
imaginar siempre un Edén, 
sin pensar que la Primavera 
y la carne acaban también... 

Juventud, divino tesoro, 
¡ya te vas para no volver!... 
Cuando quiero llorar, no lloro, 
¡y a veces lloro sin querer! 

¡Y las demás!, en tantos climas, 
en tantas tierras, siempre son, 
si no pretexto de mis rimas, 
fantasmas de mi corazón. 

En vano busqué a la princesa 
que estaba triste de esperar. 
La vida es dura. Amarga y pesa. 
¡Ya no hay princesa que cantar! 

Mas a pesar del tiempo terco, 
mi sed de amor no tiene fin; 
con el cabello gris me acerco 
a los rosales del jardín... 

Juventud, divino tesoro, 
¡ya te vas para no volver!... 
Cuando quiero llorar, no lloro, 
y a veces lloro sin querer... 

¡Mas es mía el Alba de oro!

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