mundo como Rubén Darío, es considerado como el precursor del
modernismo literario en lengua española. Poeta, periodista y
diplomático,Rubén Darío naió en Metapa, República de Nicaragua, el18
de enero de 1867, y falleció en León, República de Nicaragua, el 6 de
febrero de 1916).
Su influencia en la poesía del siglo XX le mereció el título del
Príncipe de las letras castellanas.
Algo prodigio
Según relata en su autobiografía, Rubén Darío apenas tenía tres años
de edad cuando aprendió a leer. Su tía abuela lo introdujo al mundo de
las letras sentándolo en su regazo y haciéndolo llevar su dedo índice
sobre las letras del abecedario.
Desde muy pequeño recibió la influencia de los clásicos de la
literatura, "El Quijote", "Las mil y una noches", la Biblia, "Los
Oficios de Cicerón", figuran entre las primeras obras que inspiraron
el genio creador y su sentido poético.
Siendo un adolescente publicó sus primeros poemas "La Fé", "Una
Lágrima" y "El Desengaño", influenciado por los poetas franceses, con
13 años de edad su producción literaria se hizo pública.
Periodista y diplomático
El periodismo fue su principal fuente de ingresos económicos. Escribió
para diversos diarios y revistas, en su autobiografía relata su primer
encuentro con el mundo periodístico:
“Se publicaba en León un periódico político titulado La Verdad. Se me
llamó a la redacción -tenía a la sazón cerca de catorce años- se me
hizo escribir artículos de combate que yo redactaba a la manera de un
escritor ecuatoriano, famoso, violento, castizo e ilustre, llamado
Juan Montalvo, que ha dejado excelentes volúmenes de tratados,
conminaciones y catilinarias. Como el periódico La Verdad era de la
oposición, mis estilados denuestos, iban contra el gobierno y el
gobierno se escamó. Se me acusaba como vago, y me libré de las
oficiales iras porque un doctor pedagogo, liberal y de buen querer,
declaró que no podía ser vago quien como yo era profesor en el colegio
que él dirigía”.
Fue corresponsal del diario La Nación de Buenos Aires, que para esa
época era el de mayor difusión en Latinoamérica, también prestó
servicio en en diario La Época, de Santiago de Chile.
Desde muy joven se sintió atraído por la diplomacia. A los 19 años
formó parte de la Comitiva presidencial de Adán Cárdenas. En 1892 fue
nombrado miembro de la delegación oficial de Nicaragua en Chile.
A los 16 años ya tenía un juicio claro sobre lo que se puede decir fue
su segunda vocación: la diplomacia.
“El elemento constitutivo de la ciencia de la diplomacia es el
conocimiento de las diversas manifestaciones de los Gobiernos, el
examen de los regímenes nacionales, y la medida exacta o aproximada de
las tendencias que se advierten en la dirección de un Estado. El ojo
avizor del diplomático penetra en los misterios de la política y sabe
distinguir la grave actitud de un gobernante severo y justo, como las
tramas que urde el engaño y la mala fe”.
De esta forma ocupó diversos cargos consulares en Buenos Aires y
París. En su recorrido diplomático no abandonó nunca su producción
literaria, el fruto de ambas ocupaciones se vió reflejado en sus obras
"A Colón", "Sonatina", "Lo fatal" y "Canción de otoño en primavera".
Revolucionario de la literatura
Su obra maestra “Azul” (1888) es considerada la primera obra del
Modernismo hispanoamericano. Se compone de relatos breves y algunos
poemas. Esta obra estuvo cargada de sensualidad, erotismo y
musicalidad.
Rubén Darío inició el Movimiento Modernista en América Latina
influenciado por la poesía francesa. Su poesía Modernista se compuso
de los aportes de los estilos romántico, parnasiano y del simbolismo.
El mismo autor definió al Modernismo de esta forma "... no es otra
cosa que el verso y la prosa castellanos pasados por el fino tamiz del
buen verso y de la buena prosa francesas".
Tres de sus obras dan cuenta de la evolución de su Modernismo, Azul,
Prosas profanas y Cantos de vida y esperanza.
Fue el inspirador de muchos poetas modernistas españoles de su época.
Su obra fue influyente, la independencia creadora, el refinamiento y
la sensibilidad abierta a diversas culturas, propia del Modernismo,
repercutió en la producción cultural de su época e influenció la
poesía de la lengua española.
Su legado trascendió como referencia de la producción literaria
latinoamericana del siglo XX.
La influencia de Rubén Darío fue inmensa en los poetas de principios
de siglo, tanto en España como en América. Muchos de sus seguidores,
sin embargo, cambiaron pronto de rumbo: es el caso, por ejemplo, de
Leopoldo Lugones, Julio Herrera y Reissig, Juan Ramón Jiménez o
Antonio Machado.
Darío llegó a ser un poeta extremadamente popular, cuyas obras se
memorizaban en las escuelas de todos los países hispanohablantes y
eran imitadas por cientos de jóvenes poetas. Esto, paradójicamente,
resultó perjudicial para la recepción de su obra. Después de la
Primera Guerra Mundial, con el nacimiento de las vanguardias
literarias, los poetas volvieron la espalda a la estética modernista,
que consideraban anticuada y excesivamente retoricista.
El archivo de Rubén Darío fue donado por Francisca Sánchez al gobierno
de España en 1956 y ahora están la Biblioteca de la Universidad
Complutense de Madrid. Con Darío tuvo Francisca tres hijos -dos
murieron siendo muy niños, el otro en la madurez, está enterrado en
México-. Muerto Darío, Francisca se casó con José Villacastín, un
hombre culto, que gastó toda su fortuna en recoger la obra de Rubén
que se encontraba dispersa por todo el mundo y que entregó para su
publicación al editor Aguilar, de quien era buen amigo.
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