martes, 14 de marzo de 2017

Cambió el récipe por el verso FRANCISCO LAZO MARTI POETA MEDICO Y REVOLUCIONARIO

Cambió  el récipe por el verso
FRANCISCO LAZO MARTI POETA
MEDICO  Y  REVOLUCIONARIO
Fue un hombre de pluma y bala. Nadie podía pensar que este insigne guariqueño, un fino y exquisito poeta y médico de honda sensibilidad humanista,  tuviera también los arrestos del revolucionario, pero el caso es que este llanero supo combinar la dulzura de sus poemas nativistas con el bronco tronar de las guerras civiles.
Lazo Martí nació el 14 de marzo de 1869 en Calabozo, Estado Guárico; en esa misma población estudió primaria y bachillerato; en la Universidad Central se graduó de Doctor en Medicina, a los 20 años de edad. Es por esta época cuando sufre la fiebre revolucionaria.
La labor de Médico de Lazo Martí es muy poco conocida. Cambió rápidamente el estetoscopio por la pluma, el récipe por el verso. Prefirió auscultar el alma de los hombres. Optó por la rima del verbo antes que por el ritmo del corazón.
El escritor guariqueño Argénis Rodríguez dijo: “Como calaboceño, Lazo Martí no le cobraba a los paisanos y se vió en la necesidad de instalarse en Puerto Nutrias, Barinas. Pero aquí tampoco vive de la medicina. Regala remedios, no cobra y es entonces cuando se le ocurre meterse a comerciante y vende papelón, queso, panelas, frutos de la tierra, tabaco en rama y café. Tiene algo así como una pulpería. Vende cuerdas de gallos de pelea”.
Estaba convencido de que su profesión de médico era para satisfacer la necesidad espiritual de ayudar al necesitado; por eso una vez escribe a alguien que quiere ser médico: “no cuentes con que ese oficio, tan penoso, te haga rico”.
Enamorado del campo y sus encantos, La Silva Criolla (1901), impulsó, sin duda, ese sentimiento convertido en movimiento literario, que contribuyó, entre finales del siglo XIX y comienzos del XX, a hacer del llano un espacio simbólico en Venezuela, y en el que también se inscribieron autores como M.V. Romero García y Rómulo Gallegos.

La “Silva Criolla” de Lazo Martí es una constante invitación a ese productivo volcar los ojos sobre la tierra, no sólo desde el punto de vista de la generosidad con que la naturaleza ha premiado a Venezuela, sino por lo que la naturaleza misma, el campo, las flores, los ríos, las montañas, el límpido cielo, constituyen un continuo y verdadero solaz para el espíritu. Quizás esto salvó a Lazo Martí de un final trágico, dada su depresión ante la soledad, la tristeza, el desamor.
Francisco Lazo Martí, fue una de las máximas voces en la transición del romanticismo al modernismo dentro de las letras venezolanas de las postrimerías del siglo XIX e inicios del siglo XX, en su expresión del criollismo.


Lazo Martí, o la naturaleza poética del llano, murió el 9 de agosto de 1909, en Maiquetía. Nos dejó, para delicia nuestra, además de su Silva Criolla, poemas tan bellos como Crepusculares, Veguera, Flor de Pascua y Consuelo. Sus restos reposan en el Panteón Nacional desde el 27 de octubre de 1983.

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