viernes, 25 de noviembre de 2016

Cumplió 151 años fascinando al mundo “ALICIA EN EL PAIS DE LAS MARAVILLAS” GENIAL OBRA DE LA LITERATURA INFANTIL

Cumplió 151 años fascinando al mundo
“ALICIA EN EL PAIS DE LAS MARAVILLAS”
GENIAL OBRA DE LA LITERATURA INFANTIL
El mundo de los sueños y la literatura han mantenido una relación amorosa durante toda su existencia. Grandes obras han sido inspiradas por fantasías que sus autores tuvieron la fortuna de experimentar en alguna etapa de sus vidas; a través de gran talento y determinación, dichos escritores lograron plasmar tales episodios oníricos en letras que a su vez fueron, son y serán las causantes de que cualquier persona que lea esas historias, formule en sus mentes universos completamente surreales.
Uno de los principales culpables de dicho fenómeno, si no  el mayor,  es Charles Lutwidge Dodgson, autor inglés que en noviembre de 1865 publicó bajo el seudónimo de Lewis Carroll una novela protagonizada por una niña que, a raíz de su aburrimiento, emprende la mayor aventura de su vida, cuando al seguir a un peculiar Conejo Blanco elegantemente vestido y siempre agobiado por el tiempo, llega a un extraño mundo subterráneo, repleto de criaturas y personajes irreales.
Tal novela no sería otra que  “Alicia en el País de las Maravillas”, uno de los cuentos más famosos en la historia de la humanidad, una verdadera oda a la imaginación. debido a que, a 151 años de haber sido publicada, continúa ejerciendo una influencia muy importante en la literatura fantástica, debido al modo tan único y especial con el que Carroll logró presentar una historia donde fueran precisamente los sueños de una joven y atemorizada protagonista, el escenario principal para el desarrollo de una trama repleta de diálogos y personajes profundos.
A través de 12 capítulos, el autor desarrolla las aventuras a las que Alicia debe enfrentarse, mientras se encuentra con antropomórficos seres como el  Conejo Blanco, La Oruga, El Sombrerero, La Reina de Corazones y el emblemático Gato de Cheshire; cada uno de ellos con personalidades que ilustran de gran forma las diferentes clases de “locura” que cada uno de nosotros contenemos en el fondo y salen a relucir bajo circunstancias específicas en algún episodio de nuestras vidas.
Tal vez fue este uno de los factores que influyó en mayor medida para que la obra se colocara entre el gusto de un público tanto infantil como adulto, y lo convirtiera en una de esas historias que sobrevivirán el paso del tiempo. Esto último, debido en gran parte a las constantes adaptaciones que se han realizado para prácticamente cualquier medio existente; televisión, cine, teatro, música, incluso los juegos de video han sido empleados para dar a conocer, de forma muy particular, la trama de Alicia. Ha inspirado películas, series de televisión, canciones, óperas... y nos ha dado mucho que pensar. Oxford homenajea al libro exponiendo vestidos y objetos de la verdadera Alicia en una sala permanente dedicada a la novela en el museo de la ciudad.
Ha hecho carrera entre varios ambientes la creencia que el texto es simplemente un cuento infantil, cuestión que ha sido ampliamente rebatida por varios análisis. El cuento está lleno de alusiones satíricas a los amigos de Dodgson, la educación inglesa y temas políticos de la época. De forma velada, es otra crítica a los valores y costumbres de la sociedad  del momento.
El texto está conformado por 12 capítulos en los cuales la protagonista Alicia, una niña de cerca de siete años, recorre un fantástico país que escapa de toda lógica y sentido presentes en el mundo real. La obra está plagada de animales que cobran forma de humanos y su principal antagonista es una reina, la reina de corazones, una malgeniada monarca que se encuentra obsesionada con decapitar a cualquiera que le provoque un disgusto.
 Dado que se trata de un relato para niños, es natural que “Alicia en el país de las maravillas” y su continuación, “A través del espejo”, retraten un mundo imaginario. Sin embargo, hay algo que hace de estos cuentos de Lewis Carroll un caso especial. Un motivo de debate para los adultos incluso hoy, 151  años después de la publicación del primer volumen, el 26 de noviembre de 1865. Se llegó a decir que “Alicia es un libro para niños con chistes para adultos”.
A lo largo de más de siglo y medio, Alicia ha fascinado tanto a lectores jóvenes como adultos de generación en generación, y su lectura se ha convertido en una deliciosa obligación. Prácticamente no hay biblioteca o librería en el mundo donde no se pueda conseguir. Durante este tiempo, “Alicia en el país de las maravillas”  se ha convertido en un icono cultural traducido a 176 idiomas.
¿Cuántas novelas pueden darse el lujo de tener tanta presencia en la cultura popular y mantener su frescura sin importar el paso de los años? Únicamente aquellas con los elementos adecuados para hacer de tal hecho algo factible y Alicia en el País de las Maravillas es una de ellas. Más de un siglo y medio de vida, es tan sólo una pequeña excusa para rememorar con gran placer a esta obra y adentrarnos nuevamente en su mundo, que en más de una ocasión, ha demostrado ser más cuerdo que la realidad a la que nos enfrentamos a diario.
En la vida real,  Alicia Lidell fue una joven bella, pretendida en su adolescencia por el polifacético artista John Ruskin o por un hijo del príncipe de Gales. Se casó con un rico jugador de cricket y ya mayor, viviendo en Estados Unidos, explicaba a su único hijo superviviente, pues los otros dos habían muerto en la Primera Guerra Mundial, que estaba hastiada de ser la Alicia del País de las Maravillas.

El profesor Dodgson, hombre conservador y orgulloso de su talento, murió a los 60 años, en Oxford. Publicó libros de álgebra y lógica, de matemática recreativa con su propio nombre, y fue al final de sus días un hombre excéntrico y enriquecido por su gran éxito como Lewis Carroll.

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