viernes, 4 de noviembre de 2016

El poeta de Caracas JUAN ANTONIO PEREZ BONALDE MAXIMO POETA LIRICO VENEZOLANO

El poeta de Caracas
JUAN ANTONIO PEREZ BONALDE
MAXIMO POETA LIRICO VENEZOLANO
El 4 de octubre de 1892 murió en La Guaira el poeta de «La Vuelta a la Patria», el poeta de Caracas, Juan Antonio Pérez Bonalde, quien nació en Caracas el 30 de enero de 1846 y fue bautizado en la Iglesia de la Parroquia Santa Rosalía.
Juan Antonio Pérez Bonalde ha sido considerado por la crítica como el máximo exponente de la poesía lírica venezolana, correspondiente al Romanticismo, y uno de los precursores del movimiento posterior, el Modernismo. En consecuencia, fue un poeta de transición entre dos corrientes.
El poema “Vuelta a la Patria” es la producción lírica más conocida y famosa del poeta venezolano Juan Antonio Pérez Bonalde; fue publicado por primera vez en el libro Estrofas que el poeta editó en Nueva York en 1877. Según investigaciones realizadas por el crítico Santiago Key Ayala, el poeta concibió este poema en 1876 en su segundo retorno a Venezuela, motivado por la muerte de su madre.
El poema tiene cierta extensión y está estructurado en dos partes muy bien definidas por los motivos que la inspiran. La primera parte corresponde a un poema del amor a la patria; el poeta aparta las emociones más dolorosas y deja las más dulces, los colores y las formas más livianas. La segunda parte tiene como motivo fundamental el dolor que el poeta padece por la pérdida de su madre, muerta durante la ausencia.
El “POEMA DEL NIÁGARA”, fue publicado en 1880, está considerado como la obra maestra de Pérez Bonalde y fue compuesto como ante la vista de las imponentes cataratas del Niágara. El poema obedece al sentimiento del romántico por la Naturaleza y a su identificación con algunos espectáculos naturales de gran belleza.
Pérez Bonalde va más allá: el torrente y su catarata le hacen imaginar que en ellos está oculto un Genio a quien el poeta puede interrogar acerca los misterios de la vida y de la muerte. A las preguntas que formula, el eco responde sombríamente dando a entender que nada existe más allá de esta existencia efímera.
“Flor”, producido en 1883, es un canto elegíaco escrito bajo el terrible impacto producido por la muerte de su hija Flor. Si en el Poema al Niágara dice salir del abismo, sin respuesta para sus grandes preguntas acerca de los misterios del ser, en “Flor” se enfrenta a Dios al no comprender cómo pudo haber sido herida de muerte una criatura que apenas abría los ojos a la vida.
Es el dolor máximo, la suprema rebelión de los poetas satánicos, que en Pérez Bonalde es la culminación trágica de una existencia destrozada por el hado.

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