viernes, 30 de diciembre de 2016

“ESTA NOCHE SE NOS MUERE UN AÑO…”



 “ESTA NOCHE SE NOS
MUERE  UN  AÑO…”
El 31 de diciembre de 1923, hace hoy 93 años, en una fría y solitaria noche en Madrid, España, donde permanecía en ocasión a los homenajes que se le tributaron por su admirable obra: "Canto a España", Andrés Eloy Blanco escribió uno de los más recordados y significativos versos de la  literatura venezolana: "Las Uvas del Tiempo".
Con “Las Uvas del Tiempo”,  tradicionalmente se despide en Venezuela al Año Viejo. El poeta sitúa el poema en un fin de año, en el que hay un contraste entre la felicidad que hay afuera con la fiesta y la jarana y, por otro lado, la tristeza por el recuerdo de la pérdida de la madre.
Está solo pero se siente acompañado por su presencia, por esa mujer que lo trajo al mundo y a la que adora. Conversa con ella y le describe la algarabía y la felicidad de la celebración, los disfraces, el alcohol y el desenfreno.
"Las Uvas del Tiempo" constituye una de las más altas y populares expresiones poéticas de Andrés Eloy Blanco con la que nos permite valorar a la madre, al hogar, a la patria, la que fue, la que es y debe seguir siendo en el gesto cordial que forma parte de la esencia de lo venezolano y que tanto nos caracterizó en otro tiempo, una patria fraterna, con expresión sincera de sentimientos y propósitos en los que todos participaban y que,  en definitiva, es lo que identifica y fortalece a una nación: su encarnadura humana, su actitud ante los otros, su presencia en la vida, "el buen racimo" que señaló el poeta, producto de ella misma y de todos, para afirmar lo mejor del alma venezolana que no permite claudicar al deber, al verdadero patriotismo, al significado trascendente de nuestra existencia como individuos y como nación.
Al final de esta nota les ofrecemos la vocalización que hizo de esta joya de la poesía venezolana el Primer Actor, lamentablemente fallecido, Rafael Briceño.  Los invito a escucharlo, vale la pena para ambientar esta noche de fin de año con todos sus matices.
La Nochevieja, víspera de Año Nuevo, Año Viejo o fin de año, es la última noche del año en el calendario gregoriano, comprendiendo desde 31 de diciembre hasta el 1 de enero (Año Nuevo). Desde que se cambió al calendario gregoriano en el año 1582, se suele celebrar esta festividad, aunque ha ido evolucionando en sus costumbres y supersticiones.
Son innumerables las tradiciones y las supersticiones que se manifiestan por todo el mundo en relación a esa noche. La música y los fuegos artificiales acompañan las fiestas y reuniones sociales, forma común de llevar a cabo la celebración. La costumbre más extendida es brindar durante las 12 campanadas.
En Venezuela es tradición comer las doce uvas. Igualmente, se conserva la costumbre  de usar prendas a estrenar con ropa interior de color amarillo para atraer la buena suerte, un dinero en la mano para la abundancia y también salir a la puerta de la casa o pasear por la urbanización con una maleta para augurar buenos viajes en el año nuevo.
Todo esto se estila durante las doce campanadas que se suelen escuchar por radio o en las iglesias y justo antes de El cañonazo y el himno nacional. Al igual, se oyen las típicas canciones "El Año Viejo" de Crescencio Salcedo y popularizado por Tony Camargo, "Faltan cinco pa' las Doce" de Néstor Zavarce y "Año Nuevo" por la Billo's Caracas Boys, acompañadas por el poema de Andrés Eloy Blanco "Las Uvas del Tiempo". Todas, segundos antes de las campanadas y los fuegos artificiales.
Un brindis no puede faltar. También está la cena familiar en una mesa abundante de alimentos, las conocidas hallacas, ensalada de gallina, entre otras, así como salir a desear el "feliz año" a los amigos y vecinos, y entre los más jóvenes, luego de los rituales familiares, salir a bailar en discotecas.
Algunas personas suelen hacer un muñeco con trapos viejos, pólvora y gasolina (representando el año que concluye) que lo encienden a las 12 de la medianoche en lo que se llama la quema del Año viejo. Con ello se pretenden borrar los malos recuerdos dejados por el año viejo para recibir con alegría el año nuevo.
La incineración a la medianoche del 31 de diciembre del muñeco es un ritual de purificación para alejar la mala suerte o las energías negativas del periodo que termina, así como de transición pues también se celebra la llegada del nuevo año aboliendo lo anterior.
Como ritual de fuego representando la supresión de lo pasado para permitir una regeneración del tiempo y de las energías, la quema de un muñeco es común en muchas culturas y aun con transposición de fechas y de épocas tiene similares significados
Esta práctica se realiza en varios países latinoamericanos, desde México hasta Uruguay y en algunas regiones de Colombia y Venezuela, donde la quema del Año Viejo se acostumbra en los estados Lara, Táchira, Mérida y Zulia.  Minutos antes de las 12:00 de la noche, los vecinos se reúnen en las puertas de sus casas para observar la colorida quema del “año viejo”, y con ello viene el acostumbrado abrazo de fin de año. Aunque la costumbre y tradición está más arraigada desde el punto de vista popular en Ecuador.
LAS UVAS DEL TIEMPO de ANDRÉS ELOY BLANCO
Cinco pa' las doce - Nestor Zavarce
Tony Camargo El Año Viejo

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