martes, 13 de diciembre de 2016

Un visionario de la Revolución ARGIMIRO GABALDON LUCHO POR JUSTICIA SOCIAL PARA EL PUEBLO

Un visionario de la Revolución
ARGIMIRO GABALDON LUCHO POR
JUSTICIA SOCIAL PARA EL PUEBLO
El 13 de diciembre de 1964,  cuando apenas tenía 45 años de edad y su corazón latía fuerte por consolidar una revolución armada que trajera a Venezuela un sistema político donde el pueblo pudiera vivir en una verdadera justicia social, en ese justo momento, cuando más se le necesitaba, un disparo de fusil  le causó la muerte al Comandante Carache, el "Chimiro" de sus camaradas, el jefe del frente guerrillero Simón Bolívar en las montañas de Lara y Portuguesa, el luchador Argimiro Gabaldon, conocido como “El comandante Carache”, líder fundamental del movimiento revolucionario de los años 60.
 Luisa Martí, evocando al líder revolucionario que fue su esposo escribió:
“Una vez nace el común… una vez muere y se olvida… dos veces nacen los héroes: la primera a la vida… la segunda a la gloria eterna”.
Argimiro Enrique de La Santísima Trinidad Gabaldón Márquez fue un ser humano que amaba el estudio, llegó a ser matemático, dibujante, pintor, alfabetizador, poeta, novelista, periodista, maestro, amante del deporte, estudió tres años de arquitectura, luchador social y revolucionario, director de la Escuela Artesanal “Lara” en Barquisimeto y fundador del Liceo “Antonio José de Sucre” en Biscucuy, población donde nació, parteado por su propio padre el general Rafael José Gabaldón,   el 15 de julio de 1919, específicamente en la Hacienda “Santo Cristo”, del Estado Portuguesa, representando el séptimo de nueve hermanos.
Y fue en El Tocuyo, Estado Lara, 19 años más tarde cuando, sobre un bancal de arena, a orillas del río, empeñó su palabra comunista con el futuro. Allí inició una participación política que no cesó sino cuando la bala equivocó su cauce para irse a anclar en su corazón combatiente.  Así, en 1938, se incorpora a las filas del Partido Comunista de Venezuela (PCV), participando en una célula clandestina.
Desde la montaña, el Comandante Carache dijo: “Somos la vida y la alegría, en tremenda lucha, contra la tristeza y la muerte,  pero hablo, hablo siempre, para que mis palabras hablen por mí después que muera.”  Esa frase, emblemática de su postura vital, resume el legado de Argimiro Gabaldón.
“No soy un guerrero, nunca lo había pensado ser, amo la vida tranquila, pero si mi pueblo y mi patria necesitan guerreros, yo seré uno de ellos. Y este pueblo nuestro los ha parido por millones cuando los ha necesitado”, decía.
Sí, tenía razón Chimiro, ciertamente este pueblo ha parido millones, los mismos que hoy tras 52  años de su muerte, le dan vida a una Revolución, la Bolivariana, los mismos que hacen cada vez más tangible la verdadera justicia social encarnada en el pueblo que tanto anheló y por la que tanto luchó Argimiro Gabaldón.
Luego de la caída de la dictadura de Pérez Jiménez, Argimiro Gabaldón  ocupó la Presidencia del Concejo Municipal de Biscucuy, estado Portuguesa, puesto al que renunció para dedicarse a la organización política y militar con los cuadros más radicales del Partido Comunista de Venezuela, conformando lo que luego se conocerá como Frente Guerrillero "Simón Bolívar".
Argimiro Gabaldón murió el domingo 13 de diciembre de 1964, en el Centro de Salud “Egidio Montesinos”, en El Tocuyo, Estado Lara, producto de una herida de bala (calibre 38, explosiva) por la espalda; proyectil que según los estudios fue disparado a una distancia aproximada de 2 metros.
Su muerte deja mucho que pensar, sin duda alguna es un sospechoso accidente cuando supuestamente a uno de sus compañeros, Jesús “Chucho” Betancourt “Comandante Zapata”, se le dispara el arma cuando la limpiaba en plena reunión, según una versión no muy convincente.
Una semana antes de su muerte, es decir, el lunes 7 de Diciembre de 1964, varios aviones militares arrojaron comunicados o volantes por toda la zona, ofreciendo recompensa de 15 mil bolívares para quien entregara o delatara a Argimiro Gabaldón.
El día 15 de Diciembre, al cadáver de Argimiro le realizaron la prueba de la parafina y el resultado fue positivo, lo que demostró que Chimiro o El Comandante Carache disparó con un arma larga, posiblemente una ametralladora o un fusil, contra su o sus asesinos antes de ser herido mortalmente.
Sin embargo, a pesar de que su vida terrenal se espantara con apenas cuatro décadas y media, fue precisamente su lucha política lo que lo dejó tallado en la historia, sobre todo aquella que hoy es reivindicada por la Revolución Bolivariana y que fue encarnada en la historia de la militancia comunista, los frentes de izquierda, quienes luchaban por un país verdaderamente libre, independiente y soberano para alcanzar la reivindicación de los derechos del pueblo.

Al “Comandante Carache”, Argimiro Gabaldón, más que la muerte le dolió  morir a destiempo, morir cuando apenas se iniciaba el camino duro del que tanto había hablado y para el cual tanto se había preparado.

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