lunes, 26 de diciembre de 2016

Tradición venezolana LA PARADURA DEL NIÑO O EL ROBO DEL NIÑO

Tradición venezolana
LA PARADURA DEL NIÑO
O EL ROBO DEL NIÑO
Aunque en muchos países la Navidad culmina luego del 24 de diciembre, en Venezuela las celebraciones por la llegada del Niño Dios finalizan el dos de febrero, Día de la Virgen de la Candelaria, con una acto denominado La Paradura del Niño, tradición  proveniente de los andes venezolanos.
En algunos lugares de Venezuela, se conoce como el Robo del Niño, el cual consiste en que una persona de confianza tome la imagen y la lleve consigo a otra casa.
El robo tiene un carácter lúdico que puede ser efectuado como una promesa realizada durante el año, adquiriendo de esta manera un sentido sagrado. Este acto es una simple excusa para que luego ocurra la acción teatral de buscar de casa en casa al niño.
Las pistas de búsqueda pueden ser emitidas verbalmente, por medio del sonido de un cohete o una carta enviada a los dueños de la imagen a los tres días de haber ocurrido el hecho.
Los dueños del niño deben responder para concretar la fecha y los detalles de la búsqueda, que consiste en la organización de un cortejo integrado principalmente por niños y niñas, acompañados además de músicos y cantores.
El cortejo inicia la búsqueda desde la casa donde ocurrió el robo hasta aquélla en la cual los ladrones depositaron la figura, durante el recorrido se hacen varias posadas o preguntas en diferentes casas, con relación al paradero del niño.
Uno de los cantores o pastores pregunta en forma hablada o cantada por el paradero del pequeño Jesús y entabla un breve diálogo con los dueños de cada casa. En la última casa, finalmente, se halla al Niño y los ladrones son apresados con cuerdas.
Mientras la imagen no aparece, se celebran los Velorios del Niño Perdido, y una vez que la encuentran, una procesión realiza el Retorno del Niño, regresando con la figura a su sitio de origen, en medio de pólvora y alegres cantos.
Uno de los aspectos más sobresalientes en este tipo de actividades, son los apetitosos platos gastronómicos regionales que engalanan las mesas de decenas de familias, que deleitan paladares de propios y visitantes que se unen a la tradición católica.
En los estados andinos Táchira, Mérida y Trujillo entre el 24 de diciembre y el 2 de febrero se realiza la Paradura del Niño, hermosa fiesta que se celebra en las casas donde la devoción de sus habitantes se expresa en complejos y elaborados pesebres y que consiste en pasear al Niño Jesús en un pañuelo de seda, con cantos y procesiones. El día de la celebración, músicos, cantantes, rezanderos y padrinos entonan coplas pidiendo al Niño Dios que bendiga las casas y los campos. Cuando termina el paseo, el Niño es regresado y vuelto a colocar en el Pesebre, pero de pié.
Durante la fiesta se entonan aguinaldos dedicados al Niño Jesús. El conjunto musical está conformado por cuatro, guitarra, maracas, furruco y tambor, además de los gajillos (instrumentos formados por largas varas de madera con un travesaño en la parte superior en el que se colocan chapas de latón y cascabeles, junto con cintas y flores de papel), panderetas y maracas que suelen llevar los danzantes.
Los ritmos musicales que se interpretan durante las distintas etapas de la danza son: El Villano, forma musical que se entona mientras se pasea la imagen del Niño Jesús hasta la iglesia y también para hacer las diferentes figuras de la coreografía.

Por otro lado, hay quienes aprovechan la oportunidad para preparar el plato navideño típico venezolano, que consta de la hallaca, ensalada de gallina, pan de jamón y pernil. 

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